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La carne procesada y el cáncer. ¿Que es lo que produce cáncer?

196 ANGELAHaciendo eco del informe que ha emitido la OMS donde se dice que el consumo de carne procesada y carnes rojas es cancerígeno vamos a despejar algunas dudas. Lo importante de estos hallazgos es contar el porqué de las cosas ya que lanzar una información sin explicar los motivos nos deja aún más perdidos de lo que estábamos. En dicho informe se plantea la alerta en dos grupos de alimentos:

  • Grupo I

Alimentos cancerígenos: la carne que se ha transformado a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado, embutidos u otros procesos para mejorar el sabor y la conservación (chorizo, lomo embuchado, jamón, salchichas, fiambres, etc)

  • Grupos 2

Alimentos probablemente cancerígenos: carne de res, ternera, cerdo, cordero, caballo y carne de cabra.
La noticia dice que consumir estas carnes puede provocar el desarrollo de cáncer colorrectal, cáncer de estómago, cáncer de páncreas y cáncer de próstata. En este sentido falta aclarar que el mero hecho de comer carne no es cancerígeno, sin embargo lo que realmente resulta ser peligroso son los aditivos y conservantes que se les añaden a esos productos cárnicos para que no se pudran y además tengan un sabor, color y olor en particular. Por otro lado, las carnes rojas que se encuentran en el grupo 2 (probablemente cancerígenas), no son quienes producen cáncer, más bien hace falta aclarar que la forma de cocción es lo verdaderamente problemático.
Para elaborar las carnes curadas existen muchos métodos de conservación: el ahumado, la salazón, añadir sales de nitratos o nitritos, sazonado, etc. Esto se hace con el objeto de evitar la putrefacción por la presencia de bacterias. En el caso de los productos cárnicos que contienen sales de nitratos o nitritos (salchichas, chorizos, lomo embuchado, fiambres, carnes molidas sazonadas, etc.), una vez que estas sustancias entran en nuestro aparato digestivo se unen con otros compuestos procedentes de la misma carne ingerida (aminas) y se forman unas sustancias potencialmente cancerígenas llamadas nitrosaminas. En cuanto a las carnes ahumadas (beicon, tocineta, chuletones ahumados, costilla de cerdo ahumadas, chorizo ahumado, etc.) durante el proceso de ahumado, la combustión descontrolada de las maderas produce la formación de  hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs) que se impregnan en las carnes y que son altamente cancerígenos.
¿Y qué sucede con las carnes rojas? En este aspecto con lo que se debe tener mucho cuidado en con la temperatura de cocción para freír, asar, horno y parrilla ya que el descontrol en las temperaturas es lo que produce la formación de hidrocarburos aromáticas heterocíclicas e hidrocarburos aromáticos policíclicos que son potencialmente cancerígenos. Estos compuestos se forman cuando las proteínas de la carne entran en contacto con el fuego. Por este motivo lo recomendable es preparar estos productos vuelta y vuelta sin esperar a que aparezca ningún tipo de costra oscura o marrón oscura.

El cáncer es una enfermedad que como cualquier otra se va desarrollando de forma lenta pero segura, penosamente en la mayoría de los casos nosotros mismos contribuimos en gran medida al desarrollo de dicha patología, entre otras cosas debido al desconocimiento sobre nuestra forma de alimentarnos y la repercusión que esto puede tener no solamente en relación al cáncer, también con respecto a la salud en general.
Nada de esto debería sorprendernos porque como ya sabemos, todo lo que no es natural el organismo lo rechaza y lo acumula. Nuestro cuerpo está perfectamente capacitado para reconocer lo que es bueno y lo que no, pero no está preparado para poner en una bolsita aparte lo perjudicial y gestionarlo como si de basura se tratara. De manera muy inteligente, la mejor forma que nuestro cuerpo ha ideado para defenderse es almacenar estas sustancias, concretamente en las células adiposas que están por todas partes. Lo negativo de esto es que dichas sustancias terminan interactuando de una u otra forma con nuestro ADN celular y con las membranas celulares de los distintos órganos produciendo oxidación y daños irreversibles en nuestras células. Todos estos procesos no ocurren de la noche a la mañana, se van produciendo de forma lenta y silenciosa a medida que nos vamos envenenando con aditivos alimentarios, con edulcorantes artificiales, con comidas procesadas y empaquetadas, con pesticidas, etc.
En resumidas cuentas, comer aditivos es cancerígeno ¡sea el alimento que sea! De modo que demonizar sólo a la carne no es del todo equitativo. En cuanto a las carnes rojas sin procesar, que aparecen en la segunda lista de alimentos cancerígenos, sería deseable difundir una información más acertada y de una forma más seria. Como he dicho al principio, el mero hecho de comer carne roja no es cancerígeno, sin embargo comer carnes a la parrilla, a la plancha o al horno con costras negras sí lo es. En realidad lo ideal sería comer la carne casi cruda.
Después de aclarar estas dudas, me parece oportuno advertir que comer carnes rojas todos los días no es saludable. El consumo de este alimento debe distanciarse a un par de veces al mes o una vez al mes, el motivo real de esta advertencia tiene que ver con que estas carnes contienen grasas invisibles de tipo saturado que junto con el colesterol son las que taponan los vasos sanguíneos además, si nuestra alimentación se basa principalmente en alimentos de origen animal, lo más probable es que enfermemos ya no sólo por los aditivos ni por la forma de cocción de estas carnes si no porque la carne sólo trae proteínas y grasas, no contiene otros nutrientes que son esenciales para protegernos de los radicales libres que se forman en los procesos metabólicos del día a día.
Mi consejo: en estas fiestas que se acercan y que comemos de todo es aconsejable equilibrar y evitar consumir en exceso alimentos con aditivos, con edulcorantes, alimentos envasados, alimentos enlatados. Busquemos lo natural, la salud no tiene precio, invirtamos en ella. Felices fiestas.

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