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Los dolores del Crecimiento

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Muchos de estos padres acuden a la consulta de osteopatía a pedir una segunda opinión, y cuando les comentas que lo que le pasa a su hijo no es sólo por el crecimiento, y que por lo tanto el problema tiene solución les cambia la cara. Y lo más importante es que tanto ellos como los hijos se quedan más tranquilos.
Cuando me refiero a Dolores del Crecimiento hay un sin fin de síntomas que pueden surgir en esta etapa. Los más habituales suelen ser los dolores de rodilla, espalda, tanto zona dorsal como lumbar, mandíbula, cabeza…
En el caso de dolor de rodilla, cuando son niñas suelen ser en la cara interna de la rodilla o en la rótula, y suelen estar diagnosticadas de condromalacia rotuliana, debido a que piensan que existe una debilidad del cuádriceps y por eso la rótula se desplaza y roza con el fémur.
En los niños suele ser un dolor en la parte anterior de la tibia, acompañado de un crecimiento óseo que se llama Enfermedad de Osgood-Schlatter, debida a las fuerzas de tracción que produce el tendón rotuliano sobre la tibia.
Pero no sólo son típicos los dolores en la rodilla, también suelen aparecer dolencias de espalda que suelen ir acompañados de malas posturas o incluso escoliosis.
La explicación del dolor durante el crecimiento parte de entender cómo crecemos. No lo hacemos de una forma simétrica, es decir, las dos piernas a la vez o los dos brazos a la vez. Si no que en primer lugar crecemos de una pierna y después de la otra, luego un brazo y el otro. Así, de esa forma, vamos cambiando nuestra estructura, y por lo tanto, la pelvis y la columna van recibiendo fuerzas que la van inclinando en un sentido u otro, como si fuera un balancín.
Si la pelvis está bien y no hay bloqueos, todo va a ir con normalidad. Pero si hay bloqueos en la zona lumbar, sacroilíaca o articulación de la cadera, va a aparecer dolor en las rodillas, tobillos o zona lumbar.
Si el bloqueo es más arriba, en la zona media de la espalda o incluso fijaciones en la fascia que recubre la médula espinal que se llama duramadre, van a aparecer dolores en la zona dorsal, malas posturas, escoliosis, dientes malposicionados, dolores de cabeza, etc.
Por lo tanto, es un periodo en que el cuerpo y sobre todo la estructura ósea está sometida a fuerzas muy potentes, y tiene que buscar en todo momento la adaptación. Por lo tanto, si nuestras cadenas miofasciales están flexibles, permitirán que se produzca esta adaptación y, si hay bloqueos o poca flexibilidad en las cadenas, aparecerán los dolores.
No es para cierto que primero crece el hueso y luego los músculos y por eso duelen. De ser así nos dolerían a todos las rodillas o la espalda cuando estamos creciendo. Y, sin embargo, hay muchas personas que crecen sin dolores.

También suele identificarse algunos de estos dolores con los problemas de pisada. No es cierto que el pie siempre sea el causante de lo que hay más arriba. En la mayoría de las ocasiones el pie se desestructura por una cadena lesional que viene desde la pelvis y que no obliga a poner plantillas.
Lo más preocupante es cuando veo intervenciones quirúrgicas de rodilla en niñas de 16 años, a las cuales se les corta las sujeciones laterales de la rótula y termina siendo un auténtico desastre. El problema de que esa rodilla esté funcionando mal hay que buscarlo en la pelvis y en la cadera. Equilibrando esa zona mejoran los dolores.
Es normal que se produzcan escoliosis en esta etapa, debido a que la pelvis se está inclinando continuamente de un lado hacia el otro. Si hacemos una radiografía en el momento que está más inclinada, vamos a ver que hay grados de escoliosis. Pero el cuerpo tiende a equilibrarse, y si no hay dolor, normalmente no hay que tocar nada por que el cuerpo va a encontrar su propia adaptación.

Y por último los dientes, que junto con la mandíbula es la parte más adaptativa del cuerpo. Los dientes se descolocan por las fuerzas que vienen del cráneo y de otras partes. No es cierto que siempre sean las muelas del juicio y haya que quitarlas por norma. Si están ahí es por algo, y si hay que poner ortodoncia, es preferible que sea cuando el cuerpo ha recuperado su capacidad de adaptación. Es decir, cuando el osteópata ha liberado los bloqueos, o haya pasado el periodo de mayor crecimiento, porque si no es así, estamos quitando parte de esa adaptación del cuerpo y el problema aparecerá por otro sitio, normalmente el cuello.
Sobre todo este artículo es un mensaje de tranquilidad, para padres y abuelos que ven que sus hijos y nietos tienen dolores. Pero existe otro camino diferente para solucionar el problema sin intervenciones quirúrgicas, sin corsés ni plantillas y sobre todo respetando el cuerpo del niño que está en un continuo cambio. Por supuesto, tampoco ayudan esas grandes mochilas que llevan.

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