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¡Hay algo que quieras que no tengas!

180 GRACIELA2

-    Jasmine. Y mi plan es empezar una nueva vida aquí. Dejar atrás todo lo que me ha pasado y empezar de cero. ¡Vete al oeste! ¿No fue Horace Greeley quien lo dijo?
-    Señora. Oh mire, ahí está mi marido. Bueno, me ha encantado hablar con usted.
-    Jasmine. La llamaré, podríamos comer juntas... ¡No tengo su número!

La mujer se aleja con las maletas al encuentro de un hombre que la espera.

- Señor. ¿Quién es esa mujer con la que hablabas?
-    Señora. Estaba a mi lado en el avión. Hablaba sola... Creía que me había dicho algo y le pregunte ¿Qué? Y desde entonces me ha bombardeado con historias de su vida.


BlueJasmine sucumbió a la obsesión por querer convertirse en algo valioso. Una mujer bella, con estilo, convencida de que un hombre sería su pasaporte para conseguir ese objetivo.
Una versión muy norteamericana de Mujer Florero que, no obstante, sigue presente en el inconsciente colectivo. La belleza y el poder convenientemente unidos en matrimonio.
Woody Allen consigue una puesta en escena buenísima. Y la actriz protagonista, Cate Blanchett, lo borda. Su personaje que parece sacado de un comic, evidencia dependencia, de prestigio, de valoración y de aceptación. En ese orden descendente.

En la periferia de su alma está el deseo de prestigio, y por lograrlo la mujer hipoteca su valoración.

BlueJasmine cree que acostándose con un hombre puede conseguir aquello que fantasea lograr por ella misma. El hecho de tenerle y que cubra sus caprichos bien merece la pena hacerse la loca. No ver lo que hace. Es su particular versión de éxito. Que un hombre rico y con poder la aleje definitivamente de un pasado de fracaso, mediocre, y ajeno al buen gusto.
Vivir lo contrario de aquello que experimentó de raíz al ser una niña adoptada.
La película empieza con BlueJasmine en crisis. Un personaje desmadejado, que da vueltas y vueltas a su fracaso reciente, y con la decisión de alojarse en casa de su hermana en San Francisco, también adoptada. Otra fracasada.

En vez de ser una oportunidad la experiencia se convierte en la puntilla que la lleva de la obsesión a la locura. Se pierde el aprendizaje porque no consigue fortalecerse aceptando lo que ese mismo aprendizaje pide.
Y lo intentó. Por unas semanas el esfuerzo partió de ella. Aceptar una imagen de sí misma disociada de su enorme deseo de prestigio, estatus y proyección social. Dejar de engañarse para recuperarse a si misma.
El horror de encontrarse sin un marido rico, sin dinero, y con sólo lo puesto. Vencer sus propios prejuicios y generar una valoración desde sus capacidades. Una nueva meta para conseguir un título universitario de diseñadora de interiores. La formación a la que renunció por casarse. Pasar quizás por experimentar una cierta normalidad.
Sin embargo, la tentación de fabricar mentiras para conseguir un prestigio de glamour, su fantasía de sí misma, hace que rompa en un momento sus objetivos y a la larga su mente.
180 GRACIELACae nuevamente en la trampa. La abstracción de que un hombre se haga cargo de ella y de su fantasía, la conmina a construir en unos minutos la mejor imagen de sí misma, ajustada al nuevo perfil.

-    Wet. Mi ambición es volver después de unos años y meterme en política. Presentarme a las elecciones en California.
-    Jasmine. Oh, qué emocionante.
-    Wet. Si. No sé, a lo mejor me lo creo demasiado, pero pienso que sería un buen congresista. Crecí en San Francisco, conozco California. Me gustan los retos. ¿Eres de aquí?
-    Jasmine. De Nueva York. De Park Avenue. Cuando falleció mi marido naturalmente estaba muy triste así que decidí venirme aquí y empezar una nueva vida.
-    Wet. ¿Qué hacía?
-    Jamine. ...Era cirujano.
-    Wet. Dios debe de ser increíblemente estresante.
-    Jasmine. No, aunque bueno sí, tuvo un infarto. Estoy segura de que fue por eso.
-    Wet. ¿Tienes hijos?
-    Jasmine. No, no, no vimos el momento.
-    Wet. ¿Y tú qué haces? Apuesto a que algo artístico. ¿Me equivoco?
-    Jasmine. Caliente, caliente. Yo soy diseñadora de interiores.

Cualquier tipo de obsesión enferma el alma, impidiendo la relación. Buscar el prestigio de esta manera es un indicador de que la persona no se acepta. Está convencida de una cosa fundamental: que no puede ser querida por su realidad, y ello la condiciona a ser otra cosa todo el tiempo. No hay cerebro que lo resista.
BlueJamine juega su última carta. Tener para sí a un hombre influyente que la quiere, y lo cree firmemente al proponerle matrimonio. Es muy hábil, bella y elegante. Consigue con mucho estilo ser la versión de Mujer Florero más exquisita que un hombre con poder pueda desear. Eso sí, a base de medias verdades.
En su historia hay una pregunta que no resuelve. Está latente en su mirada abstraída. La formula al encontrarse de frente con la traición de su marido estafador. Minutos antes de que la venganza rompa su castillo de naipes se pregunta por fin: ¿Qué estoy haciendo aquí?
Es la consecuencia natural de no aceptarse. Además de negarnos la posibilidad del amor a uno mismo y la comunión con otros, es imposible encontrar propósito a la vida.

-    Jasmine. Ahora todo me da vueltas.

Nuestro lado femenino tanto en hombres y mujeres está conectado a la parte hormonal. Representa el crecimiento y el desarrollo humano. Cuando se paraliza nos obsesiona.
BlueJasmine simboliza ese lado femenino detenido por ausencia de independencia y autenticidad. El no saber manejar la propia vida sola; el saber estar en casa sola y bien; y el poder razonar y resolver lo que pasa. La posibilidad de vivir comprometidos con uno mismo.

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