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¿Es mejor la mantequilla o la margarina?

175 ANGELAEsta es una pregunta que suele suscitar bastante confusión en las personas porque no se tiene a mano la información necesaria que permita entender cuál de las dos es la más indicada para su consumo. Pero antes de resolver esta duda me gustaría aclarar algunos puntos.
Las grasas son una parte importante en la alimentación de un ser humano ya que de ellas se puede obtener energía, además son un constituyente importante de nuestras células, sintetizan hormonas, asimismo actúan como transporte de diferentes tipos de sustancias indispensables para el buen funcionamiento del organismo. Pero como es de suponer no todas las grasas son bienvenidas en nuestro cuerpo y en este aspecto debemos ir con precaución teniendo en cuenta que dependiendo de la calidad y cantidad que consumamos habrá diferentes repercusiones en nuestra salud. Cabe recordar que la excesiva ingestión de este alimento está relacionada directamente con la obesidad, sobrepeso, diabetes, enfermedades coronarias y ciertos tipos de cáncer.
Las grasas se clasifican según su procedencia de acuerdo con esto las hay de origen animal y de origen vegetal que en cualquiera de los dos casos pueden ser saturadas o insaturadas.
Las grasas de origen animal en su gran mayoría son saturadas y se encuentran en alimentos como la leche, derivados lácteos, huevos y carnes. Este tipo de grasas elevan los niveles de colesterol “malo” (exceptuandolas grasas del pescado azul que son insaturadas).
Por otro lado, las grasas de origen vegetal como las procedentes de la palma, del coco, cacao, o de cacahuete también elevan los niveles plasmáticos de colesterol ya que contienen grasas saturadas aunque su procedencia sea vegetal.
Las grasas insaturadas son utilizadas por el organismo para su protección, formación de tejidos y síntesis de sustancias saludables que provienen del pescado azul, frutos secos, aguacate, aceite de oliva y otros aceites vegetales exceptuando los de palma y coco.
A parte de las grasas encontradas naturalmente en los alimentos, también existen otras que se obtienen a partir de procedimientos tales como la hidrogenación; se trata de un proceso que transforma la estructura química de los aceites vegetales y que es muy utilizado en la industria alimentaria. Con este método un aceite puede pasar de líquido a sólido con tan sólo añadir moléculas de hidrógeno a su estructura química, de esta forma se puede trabajar mucho mejor con el alimento que la contenga, y además, no se estropea fácilmente si no que el producto puede permanecer bastante tiempo en una estantería.
Para retomar el título de nuestro artículo empezaremos por la mantequilla. Este producto se obtienea partir de la nata de la lechede vaca y viene cargado de grasas saturadas. El consumo de mantequilla conduce a la formación y acumulación de placas de ateroma en las arterias.

Es imprescindible conocer que las grasas de origen animal (excepto la del pescado azul) no son utilizadas por nuestro cuerpo, puesto que nos son la materia prima que se requiere para formar parte de estructuras celulares ni para sintetizar ninguna sustancia, todo lo contrario de lo que sucede con las grasas insaturadas procedentes del pescado azul, frutos secos, aceite de oliva, maíz, lino etc.

Estas son indispensables para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
La mantequilla también trae consigo calcio, fósforo, vitaminas A y D sodio, potasio y magnesio pero existen otros alimentos menos perjudiciales que también contienen estos nutrientes y no exponemos a nuestro cuerpo al desarrollo de enfermedades.
En cuanto a las margarinas que siempre se ha creído que son las mejores por ser de origen vegetal no suelen ser tan “cardiosaludables” como sostiene la publicidad a no ser que implícitamente en su etiqueta mencione la forma de obtención de la margarina. La gran mayoría de estos productos se elaboran a partir de la hidrogenación que como he mencionado anteriormente, su procedimiento de obtención consiste en inyectar moléculas de hidrógeno en los aceites líquidos como el de girasol, maíz, soja, coco, palma. Estos aceites pasan a ser sólidos mediante la hidrogenación parcial o total y cuando la materia prima es el aceite de coco o de palma, es peor aún ya que estos traen una elevada cantidad de grasas saturadas. La hidrogenación de las grasas es un verdadero engendro de la industria alimentaria, y los efectos en el organismo son devastadores ya que el cuerpo desconoce por completo cómo debe tratar a este tipo de grasa. Sus efectos son mucho más dañinos que si se tratara de una grasa de origen animal debido a que no sólo aumenta los niveles de triglicéridos y colesterol “malo”, además contribuyen a disminuir los niveles del colesterol bueno. Es necesario, mencionar que las margarinas que están exentas de aceite de palma o de coco no contiene colesterol pero también es cierto que han sido sometidas a la hidrogenación que da como resultado las famosas grasas “trans”, absolutamente letales para el corazón. Varios estudios científicos demuestran que las personas que consumen habitualmente estos alimentos tienen el doble de posibilidades de sufrir riesgo cardiovascular.

¿Qué podemos hacer?

La única opción y la más inteligente que nos queda a los consumidores es leer las etiquetas de todos los alimentos envasados. En el caso de que el paquete de galletas, bollos, pasteles, cereales, comida precocinada, patatas fritas, margarina etc. indique que ese alimento contiene grasas parcial o totalmente hidrogenadas debe ser desechado de la cesta de la compra, de igual modo, si ese paquete a dice expresamente “no contiene grasas hidrogenadas” pero más abajo señala que contiene aceite de palma o de coco de también deberá ser desechado de la cesta de la compra ya que contiene grasas saturadas nocivas para nuestro corazón. Asimismo, si el producto que vamos a comprar no sugiere nada más que “contiene grasas vegetales” tampoco deberá ser adquirido por los mismos motivos citados antes. Existe una amplia gama de alimentos en el mercado que contienen estas grasas y de momento no están prohibidas a pesar de conocerse sus efectos nocivos sobre la salud, de modo que para garantizar que no las consumimos debemos acostumbrarnos a leer las etiquetas de esta forma estaremos “obligando” de una u otra forma a la industria alimentaria a excluir estas grasas para el consumo humanos.

Es interesante observar cómo los seres humanos hacemos planes a largo plazo para comprar una casa, para desarrollar determinada profesión, para tener hijos, etc. En general nos gusta proyectarnos, pero nunca nos proyectamos hacia el futuro de nuestra salud, jamás nadie dice: yo no como esto o aquello porque cuando tenga 60 años… El motivo por el cual este fenómeno ocurre es porque la mayoría de las personas desconocen quiénes son. Tener un cuerpo equilibrado es el primer paso que nos conducirá a disponer de un espíritu equilibrado. Aprende a rechazar todo aquello que produce agresión en tu organismo, sólo de esta manera empezarás a conocerte de verdad.

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