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El Sufismo: La espiritualidad en la vida cotidiana

177 CARLOSEn los cuatro artículos que aparecerán en esta publicación, trataremos de expresar una idea general, una aproximación al sufismo, tratando algunas de las facetas específicas de él en un lenguaje comprensible, especialmente para aquellos que no han tenido contacto con la ciencia del sufismo. Librémonos de estereotipos y prejuicios condicionados y vivamos en el instante, pues en cada momento todo el universo está siendo creado por el Originador.

El sufismo es la espiritualidad en la vida cotidiana, manifestándose en nuestros actos y pensamientos. Es lograr transacciones de excelencia en la relación con uno mismo, con la creación y con el Absoluto. Esto se consigue gracias al conocimiento de uno mismo, de la creación y del Creador de los mundos, Allah. Hay un dicho del Profeta Muhammad (saws.) que dice: “Quien se conoce a sí mismo conoce a su Señor”.
Lo más esencial del libro revelado al Profeta Muhammad (saws.) hace más de catorce siglos -El Corán- es adquirir un carácter noble, pues el Profeta dijo de sí mismo: “No he venido sino para perfeccionar la excelencia del carácter”. Esto se consigue gracias a una alquimia que desmonte el mundo ilusorio del ego (nafs), pues como se dice en otras tradiciones, tal como en el hinduismo, todo es maya, ilusión. En ese proceso de conocimiento de la personalidad, el espíritu (ruh), se desvela.
Por tanto, el sufismo es la cura para la herrumbre del corazón. Es adquirir un carácter noble para que los estados espirituales se hagan presentes en la vida cotidiana. El sufí es el hijo del instante, ibnwaqt.
En la península ibérica se cultivó la ciencia de los estados espirituales a niveles muy elevados, siendo algunas ciudades de ésta faros de conocimiento de la humanidad.
Grandes sabios como el murciano Ibn Arabi, tanto en conocimiento formal como en conocimiento por inspiración, resplandecieron y alumbraron con su sabiduría Oriente y Occidente.
Algunos conceptos y principios a considerar en el sufismo.
El ser humano está compuesto fundamentalmente de espíritu, cuerpo y personalidad (ruh, jism, nafs). El espíritu desciende al feto a los 120 días del embarazo. El ego (nafs) es el caballo de batalla con sus siete niveles de transformación, hay que purificar el espíritu de la toxicidad del ego que lo vela. El cuerpo es un puñado de turba: agua minerales, proteínas, etc., que componen los diversos tejidos y órganos del cuerpo humano.

Aceptación (Islam), creencia (iman) y excelencia (ihsan).
Las Órdenes sufíes y los shayjs o maestros. Vivir el instante pues el sufí, viviendo el instante, se aproxima a Allah, Quien en cada momento está haciendo la creación; vivir en el instante es vivir en un estado incondicionado.
La cortesía, los buenos modales, la educación (el adab) es el visado imprescindible para relacionarse con uno mismo y con las demás criaturas.
La Unicidad Divina (Tawhid), pues todo procede de la Fuente y todo retorna al Origen, Allah. No se cae una hoja de un árbol sin Su permiso. El universo es Su manifestación creada desde Su Esencia, Allah (Gran Prana, Yahveh, Gran Tao) no es masculino ni femenino, no ha engendrado y ni ha sido engendrado, no tiene par. Lo esencial de una cosmovisión es el ser humano, la creación y el Creador de los mundos.
La muerte y la otra vida: “Vive como si fueras a morir hoy y muere como si fueras a vivir eternamente”.
La respiración como medio de transformación espiritual, pues Allah hizo la creación con Su Nafas ar-Rahmani, el Aliento del Misericordioso (El Gran Prana para los budistas).
Y, además, los centros sutiles (lataif); los estados espirituales; las fuerzas constructivas y las fuerzas destructivas; luz y oscuridad; los ángeles; prácticas sufíes; la oración –aunque todo acto debe ser una oración-; la meditación (dhikr); el canto; la enseñanza en forma de cuentos y metáforas; el retiro espiritual; el ayuno; el esfuerzo mayor; el servicio; el decreto y el destino, etc.
La ciencia del ego en el sufismo
Esta ciencia posee un conocimiento profundo para lograr desmantelar el ego (nafs) y alumbrar el espíritu (ruh). Grandes sabios y santos sufíes han escrito libros sobre el sufismo que son auténticos tratados de psicología profundad; aunque el sufismo va más allá de considerar sólo lo psicológico pues es una ciencia espiritual para estar en el mundo, en el aquí y ahora, pero desde el ser (ruh). Si consideramos tan sólo las dos coordenadas del espacio y tiempo, tan sólo nos situaremos en un punto. Pero, si somos conscientes de estar ahí en la vida desde el espíritu, en todo acto, entonces somos una vertical de ascensión entre tierra y cielo. El sufismo es traer el Paraíso a la tierra. Conseguir un estado libre de la tiranía del ego estando en el mundo pero sin ser del mundo. 

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