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La Salud

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Antiguamente en China las familias pagaban al médico durante toda su vida para que les mantuviera sanos. Solamente si después de seguir sus indicaciones enfermaban, dejaban de pagarle.

Pero cuenta la historia que una vez uno de los duques más ricos del estado de Qin empezó a sufrir dolores fuertes de estómago e hizo llamar a su médico. Éste le receto una serie de hierbas, dieta y reposo absoluto durante diez días. El duque se negó a hacerlo y mando expulsar al médico.

Un mes después empezó a tener dolores mucho más fuertes y vómitos e hizo llamar al médico de nuevo; éste le repitió las indicaciones y le sumó acupuntura. El duque dijo que era imposible para él parar diez días en ese momento ya que estaba pendiente de ciertos negocios y que además no podía bajar la guardia ya que el gobernante del pueblo vecino estaba esperando cualquier signo de debilidad para atacarle. Por lo que solamente tomaría las hierbas. El médico le dijo que si hacía el tratamiento iba a ser muy fácil solucionarlo. Pero que si no lo hacía, le pronosticaba un rápido avance de la enfermedad, a lo que el duque le gritó diferentes improperios acerca de que él no era nadie para decirle qué debía hacer.

Esa misma noche muy enfadado pidió un gran banquete que comió muy ansioso. Unas horas después comenzó una hemorragia que le asustó y pidió que el medico volviera para comenzar; el médico le adapto el tratamiento lo más que pudo para aliviar las circunstancias más urgentes. El duque lo cumplió durante un tiempo pero en cuanto se sintió un poco mejor lo dejó. A los meses volvieron los síntomas fuertes y el médico le recordó cuál era el tratamiento mejor para poder quitar el problema de manera profunda ya que si no cada vez le iba a hacer menos efecto y se iba a complicar. Hablaron durante un rato y el duque le expuso sus razones de manera más sosegada: tenía mucha presión y falta de tiempo. El médico le explicó que ya, en ese momento, si no se trataba de manera profunda, la enfermedad seguiría avanzando, e iba a tener que quedarse forzosamente en la cama sin poder atender a ninguno de sus asuntos, con un largo tiempo de recuperación. El duque se quedó dubitativo… Una de las veces que fueron a buscar al médico, éste había salido a propósito de su casa y había dejado una nota encima de su mesa en la que citaba el “Huang Di Neijing” (El libro clásico de referencia de la Medicina Tradicional China):

“El sabio no trata la enfermedad formada sino que la previene, y busca orden antes del caos. Medicar a una persona ya enferma y rectificar el desorden ya producido es como cavar un pozo por tener sed o fundir un arma en estado de combate. ¿No sería actuar eso demasiado tarde?”

Cuando en una tubería tenemos un agujerito es muy fácil taparlo, cuando éste avanza y se convierte en grieta todavía es viable y rápido repararla, pero cuando se rompió la tubería y sale agua por todos lados, hay que tratar de unirla, secarla y pegarla; el proceso es mucho más largo y laborioso. Dice el Tao Te Ching: “El árbol que una persona apenas puede abrazar nació de un tallo fino como un cabello”.

La mejor forma de medicina es la prevención y el mantenimiento de la salud.

 

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