Todos aquellos que hemos convertido el Yoga en una parte inherente de nuestra vida, nos encontramos curso tras curso ante la multiplicación de nuevas enseñanzas. Es frecuente observar a personas que se inician en el Yoga, y que intentan saber cuál es su "subdisciplina", a partir de recomendaciones o de la información en la red. En esta entrevista con Gopala, profesor de los Centros Internacionales de Yoga Sivananda Vedanta, se hace un repaso crítico, sincero y clarificador del concepto de Yoga, y lo que significa en la sociedad globalizada.
1.-¿En esta época en la que se multiplican nuevas formas de Yoga, cuál crees que va a ser el futuro en la formación del Yoga en los próximos años?
Me gusta compartir y practicar yoga y no teorizar de lo que debe ser o será. No me siento autorizado para ello y dudo de que alguien lo esté. En el yoga la práctica lo es todo. La teoría sólo sirve para acercarte a la práctica, para introducirte en el mundo sutil, desde el físico, nos recordaba siempre Swami Vishnudevananda. El yoga, como ciencia de la vida, se adapta a los tiempos y a los espacios, de ahí su belleza y su sabiduría. En ese sentido responde a los patrones del clasicismo. Swami Sivananda decía: “adáptate, ajústate, acomódate, es la esencia del yoga”. Como estudiante de su Escuela, creo que en la formación se requiere el compartir sincero, el convivir del Maestro y el estudiante. Ambos en el espíritu tradicional del aprendizaje para encontrar la calma y el equilibrio del cuerpo y de la mente. La tendencia pública a la reglamentación de todas las enseñanzas, consustancial a su disposición proteccionista, ha alcanzado el yoga en muchos países de nuestro entorno. Los procesos de formación de profesores tienen que cumplir unos mínimos en cuanto a requisitos pedagógicos y de conocimientos que garanticen, según el Estado, que esos profesores imparten clases sin dañar a las personas. También en la India, donde ya existe un Ministerio (AYUSH), desde 2014, que protege el desarrollo y la enseñanza del yoga como sistema de salud, junto a otros métodos cercanos como el ayurveda. Acabaremos aprendiendo yoga en las escuelas y en las universidades lo cual es un sueño. No debemos tener miedo a nada y menos al desarrollo del yoga. El yoga sabe cuidarse y los que quieren sumergirse en sus enseñanzas clásicas y eternas, saben dónde acudir. Cuando el estudiante está preparado encuentra a su Maestro, a su Maestra. Con independencia del lugar donde inicie su aprendizaje acabará en el lugar adecuado, aquel que te invita al silencio de cuerpo, mente y espíritu.
2.-¿Cómo ves esa necesidad postmoderna de trocear el Yoga, que en realidad es uno, en “múltiples formas”?
El yoga es uno, es un sistema integral de educación del cuerpo, de la mente y del espíritu, incluye todas las facetas del ser humano, sin distinción, ni posibilidad de dividir nada. El yoga es un aprendizaje en el vivir consciente, abierto a personas de toda condición y edad. Swami Sivananda lo definía como una ciencia perfeccionada por los antiguos sabios de la India (rishis) que pertenece a la Humanidad y no a la India. Me encanta su forma poética de expresarlo. Swami Vishnudevananda, mi Maestro, siempre nos recuerda que el Yoga es unión, que nos enseña a unir toda nuestra fuerza vital, llevándola hacia dentro. La meta es la felicidad que está en nuestro interior. Los seres humanos, probablemente más en nuestro hemisferio occidental, disfrutamos separando “lo que nos gusta, de los que nos disgusta”. De ahí que cuando el yoga aparece en occidente, sobre todo en tiempos recientes, lo aligeramos de prácticas que no nos gustan y lo fusionamos con otras enseñanzas que nos gustan, ajustándolo en ocasiones a nuestros caprichos. La confusión está servida. Los grandes Maestros, como Swami Vivekananda, Ramana Maharshi, Swami Sivananda, Paramahansa Yogananda, Sri Aurobindo, B.K.S. Iyengar, Swami Vishnudevananda, entre otros, prefieren hablar de sendas y no de tipos de yoga. Hay cuatro sendas principales: karma yoga, bhakti yoga, jñana yoga y raja yoga. Cada una se ajusta a un temperamento o a una aproximación diferente a la vida. Acción o servicio desinteresado (karma yoga), devoción o amor incondicional, (bhakti yoga) conocimiento o sabiduría (jñana yoga) y control de la mente y del cuerpo (raja yoga), el asthanga yoga, que incluye ocho pasos y los comportamientos éticos previos, yama y niyama. El hatha yoga es una forma de raja yoga. Todas las sendas llevan a la cima de la montaña, la realización del Ser, no importa por donde transite tu ascensión. Todos los ríos llevan a un océano común. Los grandes Maestros siempre recomiendan la práctica de todas las sendas, especialmente aquella que menos nos gusta. Allí está nuestro aprendizaje principal. Volvamos a la esencia de las sendas y no a los tipos de yoga, a esas “múltiples formas” a las que haces referencia. Donde la esencia no distingue, “el yoga”, no debemos hacer distinción, “los yogas”.
3.-Has defendido siempre el respeto por cualquier forma de “Yoga”, que para ti beneficia el aumento del conocimiento y la práctica de él, ¿no te preocupa que la práctica del Yoga se convierta en un mero ejercicio físico?
No me preocupa en absoluto. Los yoguis aprendemos el arte de no preocuparnos, de no tener miedo. Lo que no impide que nos ocupemos de trasmitir las enseñanzas, tal y como las recibimos, sin aderezarlas con nuestra insaciable imaginación, sin añadirles sal o azúcar según nuestros gustos particulares. En la Escuela Sivananda seguimos enseñando el yoga que hemos aprendido, pero no estamos en contra de estos fenómenos a los que haces referencia, que sirven para atraer a personas que quizás no se aproximarían nunca al yoga si no fuera por esos estilos que potencian lo atlético, o el hacer sudar, o la acrobacia, o el contacto físico. Comienzan jugando y luego van profundizando en el yoga hasta llegar a lo más importante, que es el silencio y la meditación. Como te decía el yoga no necesita de protectores, se defiende solo. Pero le encanta que lo practiquemos, sea como sea. El yoga disfruta viéndonos sentados mientras meditamos por la mañana y en el atardecer. Probablemente también contemplando alguna acrobacia. ¿Quiénes somos para juzgar? El yoga tiene sus propios métodos sutiles, probablemente secretos, para llevarte por el camino del descubrimiento del Ser. No importa cómo comiences. Tengo confianza de que quien algo busca va a encontrarlo. El propio yoga va a descubrirle sus misterios en el momento y espacio adecuado.
4.-¿Por qué deberíamos sumergirnos en las enseñanzas de Swami Vishnudevananda?
Cada persona tiene sus motivos. Te ofrezco dos. De un lado, porque sigue un linaje clásico, que procede directamente de Swami Sivananda y llega hasta Sankaracharya y de otro por su profunda y directa sencillez. El sintetizaba el yoga en cinco aspectos: - Ejercicio adecuado (asanas) que mejora los distintos sistemas anatómicos que componen nuestro cuerpo, - Respiración adecuada (pranayama), - Relajación adecuada, - Dieta adecuada y - Pensamiento positivo y meditación. En un automóvil necesitas: - Aceite y lubricación, asanas, - Un sistema de enfriamiento, relajación, - Una batería, el plexo solar, que se recarga con el pranayama, - Combustible, que obtenemos de los alimentos adecuados, el agua, el aire y el sol, - Conductor o conductora inteligente, que va detrás del volante, la mente, que se positiviza mediante la meditación. Su forma de enseñar a conducir nuestro cuerpo y nuestra mente tocó mi corazón desde que le conocí. Su lenguaje directo y sin ambages me permitió comprender que el yoga va más allá de una práctica de moda y que llena tu vida de belleza y de ganas de compartir, de servir. Te hacía sonreír y darte cuenta de que la Vida con mayúsculas es una forma de experimentar el gozo por todas las partículas del Universo y que vale la pena apostar por lo que nos une más que por lo que nos separa.
5.-El yoga, que es una tradición surgida en una sociedad concreta, la India, se ha constituido a lo largo de siglos. Esa sociedad se encuentra en pleno cambio, ¿Cómo observas a la India contemporánea en la globalización?
Antes de nada quiero decirte que yo no soy un experto en antropología social y política de la India. Eso sí estoy enamorado de la esencia de esa tierra, llena de infinitas enseñanzas para quien quiere escuchar. Es desde este enamoramiento desde el que hablo a las lectoras y a los lectores de Verdemente. La India es una sociedad compleja, mosaico de religiones y culturas entre las que se encuentra el yoga. Una civilización milenaria que crece y se adapta a la modernidad a pasos agigantados. Lleno de ingenio y de genios. Tiene mucho que enseñar. El yoga, recordamos, pertenece a la Humanidad y no a la India. Esto no impide que por razones obvias el gobierno indio quiera proteger su esencia y la tradición del yoga como parte de su legado histórico. Es en este ámbito en el que me llama la atención la India contemporánea en la globalización actual. Ya en 1995 se creó un departamento de los sistemas médicos tradicionales que incluía, entre otros el yoga además del ayurveda, el unani y el siddha. Tenía como objetivo el desarrollo de la educación y la investigación en estos conocimientos tradicionales. Este departamento adquirió rango ministerial en 2014, tras la llegada en mayo de 2014 del Primer Ministro, Sr. Narendra Modi, que practica yoga cada amanecer como parte de su vida. Además aconseja a sus compañeros de gobierno y a sus representantes en el exterior (Embajadas de la India) la práctica del yoga más que hablar y defender el yoga, como parte de la tradición. No olvidemos que la resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas, de 11 de diciembre de 2014, que fija en el 21 de junio el Día Internacional del Yoga, fue impulsada por su persona. En este caso quiero poner en valor el trabajo que hace la Embajada de la India en España, entre otras, siempre cuidadora de su legado en nuestro país. De la resolución de la ONU destaca su preámbulo, una impecable clase de yoga: “Para que las personas y las poblaciones adopten modos de vida que propicien la buena salud, reconociendo que el yoga ofrece un enfoque holístico de la salud y el bienestar y que deben difundirse las ventajas que entraña practicar el yoga como beneficio para la salud de la población mundial”. Esta es la globalización en la que creo. Que la Asamblea de las Naciones Unidas, por una impresionante mayoría histórica, promulgue, de manera tan directa, que el yoga es un beneficio para la salud de la población mundial, es el mejor ejemplo que podemos tener de la sabiduría global de la India. El mejor regalo que los rishis, que en la noche de los tiempos intuyeron el yoga, puede dar a los ciudadanos de este mundo. Ahora toca transformar cada día en un día internacional del yoga. Eso nos toca a nosotros y a nosotras.
6.-A veces charlamos en la redacción sobre el Yoga como una manifestación más de la globalidad, y de esos clichés de una nueva cultura, que también tiene la contrapartida de la homogeneización, en la forma de entender la vida y la naturaleza. ¿Qué papel puede jugar el conocimiento del Yoga en esa nueva realidad?
El yoga es una manifestación de la Universalidad, es una técnica para encontrar el Ser, una búsqueda de su realización. Forma parte de un impulso natural de la Humanidad que existe, con una cierta homogeneidad, en casi todos los lugares del globo. Está por encima de la globalización y de la homogeneización. No olvidemos que el yoga es una forma de detener las modificaciones de la mente, el deambular constante de la mente. “Yoga chitta vritti nirodhah (el yoga es la detención de las vibraciones de la mente), según los Yoga Sutras de Pantanjali (1.2.) Y solo hay un Ser, envuelto en miles de tradiciones, olores, colores sabores, espacios y tiempos, pero que trasciende a todo. Sólo hay un Ser, por eso el yoga se lleva bien con todas las tradiciones, con la globalidad consustancial a todas las tendencias espirituales.
7.-Tu poemario “La Noche lo merece”, se integra dentro de un amplio conjunto de trabajos que llevas realizando con el músico David González, ¿qué significa para ti la Poesía?
La Vida me ha enseñado que si conociésemos nuestro último pensamiento trascendente, elevaríamos a la Humanidad por encima de la más alta de las montañas de los Universos conocidos. Y que si por un instante fuésemos capaces de sentir en nuestro ser más profundo el dolor de todos los seres del Universo, generaríamos tanto amor como para embriagar los corazones de mil generaciones venideras. Creo que la vida es más Vida si exprimimos nuestro amor y lo regalamos constantemente, mediante las habilidades que se nos ofrecen y que encontramos en nuestro diario caminar. Swami Sivananda mantenía que la vida es más poesía que prosa. Lo que parecía una contradicción, teniendo en cuenta que, de los aproximadamente 300 libros que escribió, solo dos eran poemarios. No lo entendí hasta que pasado el tiempo lo experimenté. Me di cuenta que todas sus obras eran un puro poema vital del conocimiento y de la experiencia. La meditación diaria me llevó a ser un observador constante y a aprender, poco a poco a poemar el caminar y el respirar. Comencé con tres poemarios musicados de reflexión consciente sobre la vida, en colaboración con mi gran amigo el compositor norteamericano David González: “No para mi alma de reír”, “Despacio” y “Contemplar la luna”. Los tres poemarios están inspirados en mi experiencia con el yoga y los he presentado en numerosas audiciones públicas. Recuerdo con cariño una ellas: en la “Alianza para la Nueva Humanidad”, con Deepak Chopra y por supuesto con David González, en Barcelona en 2008. Una osadía total. Acabo de publicar con la editorial Séneca: “La noche lo merece” que es una colección de susurros, de aromas de silencio, de sorpresas, de fábulas ensoñadas y de cuentos ilusionantes. Estoy especialmente contento con este poemario. Es como un bebe que pide ser acunado. Un bebé que quiere compartir con los brazos que le rodeen muchos secretos de dulzura vital. Me encantaría regalar un poema a vuestra revista, a la que sigo desde sus comienzos en el año 94 y a la que agradezco desde el corazón este compartir en formato entrevista. Un poema que habla de la experiencia más cercana al yoga, el silencio.
“Silencio,
¿qué tienes amigo?
que cuando camino sin tu perfume,
me siento aprendiz de lo básico,
tropezándome una y otra vez en el mismo estorbo
y cuando bebo de tu vaso sagrado,
se inserta la sabiduría en mis entrañas.
Silencio,
me inclino ante ti,
deseando no desearte,
invitándote sólo a que estés cerca,
muy cerca”
8.-¿Qué elementos comunes encuentras entre la mística oriental y, por ejemplo, la cristiana?
La mística es una experiencia, en ocasiones momentánea, que implica la disolución en vida de la persona que busca la unión con la divinidad, con lo Sagrado, con la Unidad del Silencio. Lo Sagrado es Universal, aunque se adapte a la comprensión de diversas épocas, realidades y lugares. La divinidad es Una aunque sus formas sean infinitas. El silencio es la Unidad, no existen dos silencios. Solo hay una experiencia mística, común a todas las tradiciones, aunque se bañe de aromas, sabores y olores diferentes y de palabras en idiomas que no se entienden. La experiencia mística nos recuerda que es más lo que nos une que lo que nos separa, pese a que son incontables los que se empeñan en demostrar lo contrario.
Leer más