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Sobrepeso y la retención de liquidos

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Un factor importante a tener en cuenta cuando ponemos en marcha una dieta es cerciorarnos si padecemos de acumulación de líquidos en nuestro organismo, ya que en contadas ocasiones el sobrepeso es tan sólo un efecto oculto que indica que estamos reteniendo líquidos alrededor de nuestras células. Muchas personas empiezan con una dieta y a raíz de esto notan que ni aún haciendo grandes esfuerzos consiguen el efecto deseado. La acumulación de líquidos en el cuerpo es el significado de que algo no funciona bien, este líquido se acumula debajo de la piel, en los tejidos que están fuera de las células, es decir, en el espacio intersticial.
La retención de líquidos se puede producir por varios factores:
•    Sedentarismo.
•    Cambios hormonales (embarazo, ovulación, pre-menopausia y post-menopausia).
•    Desequilibrio en la ingesta de líquidos (casi siempre por falta de ellos).
•    Desnutrición (niveles bajos de proteínas).
•    Consumo frecuente de alimentos con alto contenido de sal (aceitunas, patatas fritas, alimentos en salazón o salmuera, quesos, frutos secos, embutidos, ahumados, curados, pastas de caldo, conservas, etc.
•    Estrés, angustia, nerviosismo.
•    Medicamentos.
•    Patologías importantes (cirrosis, insuficiencia cardiaca, cáncer, hipertensión arterial).

Si el motivo de nuestra retención de líquidos es de origen sedentario y alimentario la forma de solucionarlo es bastante fácil y además los resultados se observan bastante rápido. En primer lugar es crucial empezar a cambiar los hábitos que nos han empujado hacia el sedentarismo; si nuestro trabajo nos obliga a estar muchas horas sentados debemos empezar a movernos, ya no sólo por la retención de líquidos, si no por nuestro corazón. Este órgano tan inteligente necesita de un ejercicio constante para no enfermar. Un paseo de media hora a una velocidad rápida (casi a punto de correr) tres veces por semana es un buen comienzo. La actividad deportiva es conveniente ya que ayuda a que los líquidos retenidos vuelvan a bombearse al corazón.
El segundo punto importante es la alimentación; seguir una dieta baja en sodio produce cambios notables en aquellas partes de nuestro cuerpo con más tendencia a la acumulación de líquidos. Increíblemente el abandono del consumo de sal durante cuatro días da como resultado un cuerpo sin edema (hinchado) casi libre de retenciones. Esta medida quizás resulte ser bastante dura ya que comer sin sal es algo que cuesta mucho, por este motivo mi consejo es empezar por disminuir poco a poco las cantidades de sal añadidas en las comidas e intentar obviar alimentos con alto contenido en sal (indicados anteriormente). Como posible solución para que las comidas no resulten tan insípidas lo ideal es aprender a condimentar con especias nuestros guisos y comidas en general, por otra parte el ajo y la cebolla también son buenos aliados ya que ayudan a “engañar” a nuestras papilas gustativas.
Otro factor decisivo contra la retención de líquidos es beber suficiente agua a lo largo del día (ocho vasos de agua al día, como mínimo) ya que paradójicamente el cuerpo en condiciones de deshidratación tiene mayor tendencia a la acumulación de líquidos.
Finalmente convendría tener en cuenta que además de controlar los niveles de sodio en nuestra alimentación, también es necesario vigilar los niveles de potasio. La presencia de este otro electrolito en los alimentos es fundamental ya que este ayuda a equilibrar los niveles de sodio. En general es preferible comer alimentos ricos en potasio y pobres en sodio, esto ayuda a que el organismo se encuentre más sano. Las verduras y frutas ricas en potasio son el plátano, albaricoque, dátiles, kiwi, naranja, ciruelas pasas, alcachofas, aguacate, remolacha, acelgas, espinacas, tomates, soja, zanahorias, berros y legumbres como las judías pintas.
De modo que una alimentación rica en vegetales, frutas y abundantes líquidos es un factor determinante para prevenir la acumulación de líquidos en nuestro cuerpo.

Tratamiento Natural
Existen otras alternativas que también nos ayudan a evacuar aquellos líquidos retenidos, dentro de estas podemos optar por diferentes tipos de infusiones.
•    Diente de león: está dentro de las plantas más eficiente a la hora de ayudarnos a la eliminación de líquidos. Lo aconsejado son dos tazas de esta infusión al día durante veinte días.
•    Cola de caballo: se trata de otra infusión con alto poder diurético, tomar dos tazas durante quince días. El tratamiento con esta infusión debe ser con precaución ya que no se puede beber de forma indeterminada.
•    Perejil fresco: esta planta es un diurético excelente, se aconseja tomar dos tazas de infusión al día.
•    Corteza de Saúco: hervir la corteza en un litro de agua y tomarla a lo largo del día.
A parte de la alimentación existen otros factores que pueden ser los causantes de la acumulación de líquidos en nuestro organismo, esto tiene que ver con enfermedades más complicadas que podemos confundir con sobrepeso u obesidad sin ser conscientes que quizás padecemos de alguna enfermedad cardiaca, deficiencia renal o problemas en el hígado.
Una última reflexión, tu universo (tu cuerpo) es una estructura divinamente inteligente con tendencia natural hacia el equilibrio, debido a la información que alguien puso en tus genes. Cuando algo no marcha bien en nuestro interior, nuestro organismo tiene la capacidad de expresar mediante dolor, inflamación, erupción, etc., todo aquello que lo altera; estas expresiones son la voz de nuestro cuerpo en estados de angustia y estrés, lo que significa que hemos perdido el bienestar. Aprende a amar todo aquello que forma parte de ti, tu cuerpo es una de esas partes y respetarlo como si tu vida dependiera de él (porque es así) es el primer paso para demostrar amor hacia ti. Nuestra forma de alimentarnos dice mucho de nosotros y revela claramente nuestra autoestima, revela si de verdad nos conocemos y nos amamos. Si tu deseo es empezar a conocer quién eres, el primer paso consiste en alejar de ti todo aquello que es extraño para tu cuerpo, evita el consumo de aditivos, de pesticidas, de alimentos con hormonas (leche), distancia el consumo de carnes y mejor cámbialas por el pescado, lee las etiquetas de los alimentos y desecha todo aquello que no sea natural. Las enfermedades de esta era son el producto de los inventos de la industria alimentaria y nadie más que tu puedes defender a tu cuerpo de las agresiones externas.

 

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