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Lifting facial natural

Ya lo dijo Cicerón: ‘la cara es el espejo del alma’, y debemos cuidar de ella no sólo por una cuestión estética si no por salud porque es una parte del cuerpo permanentemente expuesta y vulnerable. Y esto no es sólo cosa de mujeres; es verdad que los hombres tienen una piel más grasa y más gruesa pero también envejece si no se trata como es debido, algo que a los hombres, por regla general, parece que no les importa demasiado. Chicos, esto debemos cambiarlo ¡ya! Chicas, debemos seguir ‘dando la cara’.
Manteniendo unas costumbres adecuadas e incorporando algunos complementos y tratamientos naturales, podremos conseguir que el paso del tiempo no acelere su proceso sobre nuestro rostro.
Aprovechemos que han acabado las fiestas navideñas, en las que la piel ha sufrido más por la falta de sueño y ejercicio, el exceso de bebidas y las comidas copiosas, para hacer un propósito de ‘puesta a punto’ partiendo de la Salud Natural como método.
Hábitos saludables a incorporar:175 SILVIA

  • Beber agua, entre 1 litro y 1 litro y medio al día en función de nuestra complexión y actividad. El agua proporciona la hidratación desde el interior que la piel requiere para lucir sana y joven. Evita sustituirla por zumos o refrescos puesto que aportan azúcares y gases que, en según qué cantidades, tienen efectos adversos y contraproducentes para que la piel esté radiante.
  • Usa siempre crema de protección solar. El sol es el principal factor de envejecimiento de la piel. En cualquier momento y cualquier época del año en que nuestra piel vaya a someterse a una exposición prolongada al sol, debemos protegernos, ya sea en verano o invierno, en la montaña o en la ciudad. Porque el sol no deja de irradiar por encontrarnos más o menos desurbanizados…  
  • Introduce en tu dieta alimentos ricos en antioxidantes para combatir radicales libres, tales como arándanos (rojos y negros), moras, alubias, alcachofas, patatas, nueces y avellanas.
  • Dormir 8 horas o, al menos, 7 horas diarias. Es mientras dormimos cuando nuestro cuerpo descansa y se regenera. Ésto incluye a la piel, especialmente a la de la cara.

Factores a corregir o eliminar:

  • Nunca duermas sin lavarte la cara y desmaquillarte. Hacerlo antes de acostarse es más importante que hacerlo por la mañana y es absolutamente necesario en el caso de uso de maquillaje. Durante el día, las toxinas ambientales (muy abundantes en las grandes ciudades) se acumulan en la piel y penetran en sus poros. Si no las eliminamos antes de acostarnos, a la larga tendremos problemas de cutis.
  • Cuidado con los tratamientos agresivos para tratar la grasa o el acné. Aunque se asocia a los adolescentes, el exceso de grasa y el acné también aparecen en las mujeres mayores de 40 años debido a cambios hormonales. Los exfoliantes suelen ser productos muy agresivos con la piel, en su mayoría compuestos por ácidos, que la irritan y cuyos efectos en pieles sensibles pueden ser considerables si no se elige el adecuado.
  • El estrés es otro importante enemigo de la piel pues hace que se eleve la segregación de cortisol (hormona natural producida por nuestro cuerpo). La pérdida de colágeno en la piel, inducida por el cortisol, puede llegar a ser hasta diez veces mayor que en cualquier otro tejido corporal.

Alimentos para producir colágeno: es una proteína natural que sostiene la piel y la más compleja del tejido conectivo, por lo que la falta del colágeno provoca una falta de firmeza y un incremento de la flacidez. Existen alimentos que contienen colágeno (carne de pollo, cerdo, pavo, pescado, vaca, cabra, caballo o buey, entre otros) y alimentos que estimulan su producción (ricos en Vitamina C como el kiwi, los cítricos, arándanos, fresas, brócoli, perejil fresco y pimientos rojos; antioxidantes como los frutos rojos; alimentos con aminoácidos como el pescado azul, la clara de huevo y las carnes magras; frutos secos como nueces, avellanas, pipas de calabaza, almendras y pistachos; la leche de soja, rica en genisteína; alimentos con azufre como el ajo, perejil, cebolla, plátano, papaya y tofu). Para que sean efectivos, hay que combinarlos y comerlos a diario, siempre dentro de una dieta equilibrada.

Ejercitar los músculos faciales: la cara en la especie humana alcanza posibilidades expresivas extraordinarias, ya que bajo la piel hay más de 20 (23 o 24, según autores) músculos distintos controlados por el núcleo motor facial. La mayoría de nosotros apenas los ejercitamos; el último periodo prolongado en el que los ‘activamos plenamente’ es cuando lloramos siendo bebés. Entrenamos nuestro cuerpo hasta la extenuación pero nos olvidamos de hacerlo con nuestra cara, que es la parte que siempre enseñamos. Existen programas específicos de gimnasia facial que se pueden practicar desde los 25 años y que, con constancia y fuerza de voluntad, favorecen el volumen de los músculos, equilibran el desgaste del tejido facial, previenen la flacidez y aumentan la elasticidad de la piel, lo que minimiza las arrugas.

Masajes faciales: son otra manera fácil, no invasiva y natural de conseguir mejorar el aspecto general de la piel de la cara y prevenir el envejecimiento. Dan luminosidad al rostro, activan la circulación sanguínea, tonifican los músculos faciales, mantienen el contorno firme y ayudan a eliminar toxinas. Van muy bien en caso de que tengamos arrugas y flacidez, con el fin de corregir y minimizar. En caso de que no las tengamos, sirven para prevenir.
Generalmente, se emplean aceites en lugar de cremas para evitar la absorción rápida y así poder trabajar con una piel permanentemente hidratada. Aunque existe numerosa aparatología para llevar a cabo diversos tipos de masajes, también se realizan únicamente con el empleo de las manos expertas de un buen especialista. Por sus características, se suele prestar especial atención a la piel del contorno de ojos. Manteniendo una buena rutina de masajes, se puede conseguir una piel más tersa, suave y más fresca.

Acupuntura estética: basada en los principios de la Medicina China, la acupuntura facial puede ofrecer una forma indolora y natural de reducir la aparición de arrugas, abordar las que ya están presentes y apoyar a un cutis sano.
El rejuvenecimiento facial mediante la acupuntura es una terapia única, diseñada para minimizar y corregir las evidencias visuales del envejecimiento, estimulando la habilidad natural del cuerpo para regenerarse. El tratamiento disminuye el proceso de envejecimiento desde dentro y es por ello que, mientras se trabaja sobre la cara, también se hace énfasis en el resto del cuerpo para lograr un máximo equilibrio interno/externo. La inserción local de diminutas agujas en las capas superficiales de la piel aumenta la producción de colágeno en la zona local, aportando a la piel una mayor elasticidad y una apariencia más juvenil. Consigue en pocas sesiones devolver al cutis un aspecto terso y una luminosidad extraordinaria, a la vez que atenúa el impacto de las líneas de expresión.
Los resultados pueden verse desde el primer momento pero a medida que avanzan las sesiones sus efectos son mucho más visibles y duraderos. Un ciclo de tratamiento consta de 12 sesiones. Cada sesión tiene una duración aproximada de una hora.
No es posible realizar el tratamiento a embarazadas, personas que sufran migrañas no tratadas y personas con problemas de coagulación.

Un último y pequeño consejo que merece un apartado completo: ¡sonreir!, de verdad, ¡SONREIR! Según investigaciones científicas, reír y sonreír aportan beneficios para la salud a través de una serie de cambios fisiológicos inconscientes. Cuando sonreímos:

  • Liberamos endorfinas (responsables de hacernos sentir felices y bajar el nivel de estrés) que contrarrestan el cortisol y, por tanto, contribuyen a mantener el colágeno.
  • Conseguimos que aumente el ritmo respiratorio y, por tanto, más entrada de aire a los pulmones; con más oxígeno en nuestra sangre, la piel recibe un aporte extra que la hace lucir más tersa y joven.
  • Movemos muchos de los músculos faciales que ayudan a tensar la piel y ‘trabajar’ en su elasticidad.
  • Una sonrisa nos hace parecer más accesibles, agradables y atractivos (a veces, irresistibles).

Conclusión
Tener un cutis sano depende en gran medida de pequeños actos cotidianos que están a nuestro alcance. Presta atención a tu alimentación, hidrátate y protégete del sol de forma habitual. En caso de que quieras conseguir efectos revitalizantes que devuelvan a tu rostro luminosidad y frescura y que minimicen el paso del tiempo, acude a un buen profesional de la Salud Natural (acupuntor, nutricionista) para que te aconseje cómo verte ‘con mejor cara’.

 

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