Logo

Nuestros objetivos de vida

189 MONTSE SIMON

La pregunta acerca de cuál es mi función en el mundo es posiblemente una de las que nos tiene los sesos más devanados. Personalmente, la cuestión me la presento en ocasiones como un ataque que cuestiona el sentido de mi vida. En otros casos, intento obviarla por miedo a la posibilidad de que desmorone los significados de los que revisto mi vida.
Mientras que hay otros momentos en los que emerge de lo más profundo una llamada al Amor, algo interno que está completamente seguro de que la única función es Ser y que sólo puedo Ser amando, independientemente de la forma que eso tome.
En la India clásica, se establecieron una serie de ideales que de algún modo pretendían encarnar en la sociedad un orden espiritual. Hay himnos védicos que describen de forma poética la formación del universo. En uno de ellos se recurre a la imagen de un Hombre Primordial, cuyas partes del cuerpo se convierten en los distintos elementos del universo e incluso en las distintas clases sociales, que normalmente conocemos como castas:

“12. Su boca se convirtió en el brahmán, sus brazos
en el príncipe-guerrero, sus piernas en
el hombre común que se dedica al negocio.
El siervo humilde nació de sus pies.”
(Ṛgveda, 10.90.12)

Las clases sociales fueron, idealmente, una forma de organizar la sociedad consciente de que cada uno cumple con su función como parte de un todo. Sin embargo, la aplicación de este orden social no sólo ha distado del ideal sino que se ha utilizado de forma completamente contraria, justificando con ello abusos de poder y con rechazo del las formas y del Ser que subyace en ellas.
Por otro lado, se establecieron también unas etapas de vida que, de nuevo, establecían un ideal para guiar la vida de una persona: primero la vida de estudiante, después la de cabeza de familia, una vez cumplidos los deberes familiares-sociales, retirarse en el bosque para meditar y en un último estadio, sabiéndose uno completo en sí mismo, renunciar al mundo. En estas etapas se satisface tanto el aspecto social como el aspecto espiritual de la persona. De hecho ninguna de ellas está desprovista de la dimensión espiritual, ya que el estudio debe entenderse con indagación en uno mismo a través de las escrituras, la vida social tiene un componente ritual fundamental que sirve para mantener la cohesión social y el orden cósmico. Respecto a las dos etapas en las que la persona se retira de las obligaciones sociales, tienen claramente un componente de meditación y re-conocimiento de nuestro verdadero Ser.

Finalmente, se exponen unos objetivos de vida que el ser humano siente la necesidad de satisfacer y es necesario que satisfaga. Un primer objetivo es lo que la tradición llama dharma. El dharma es el orden, la ley que sostiene la armonía y la convivencia entre las personas. Se trata de una ley de carácter moral, que no moralista, que no está escrita en ningún lado pero que de algún modo todos conocemos. Este dharma venía determinado en muchos casos por la clase social a la que se pertenecía, un claro ejemplo de ello es cuando en la Bhagavad Gītā, Kṛṣṇa insta a Arjuna a luchar en la batalla cumpliendo así con su función de guerrero. Un segundo objetivo sería el de generar riqueza y un tercero el de satisfacer los deseos sensuales, todo esto siempre desde la honradez y el cumplimiento del dharma. El último objetivo que suele mencionarse es el de la liberación, la necesidad de la persona de saberse Libre, de liberarse del sufrimiento, de Ser en su plenitud. Entiendo que este es el fin último de toda persona, lo que popularmente expresamos como “todo el mundo quiere ser feliz”. Sin embargo, por alguna extraña razón nos perdemos en satisfacer el resto de objetivo y  relegamos este a una especie de ideal casi imposible de alcanzar, aunque los seres a los que hemos considerado sabios no dejan de repetirnos una y otra vez que en realidad ya somos eso. ¿Cómo sería nuestra vida si dejásemos que este objetivo, esta función en el mundo, Ser, fuese el que guiase todas nuestras acciones? ¿Y si pudiésemos asumir que la finalidad última, y la única que puede persistir de que por ejemplo yo escriba este artículo y de que  tú lo leas sea simplemente Ser?
Una diferencia esencial entre los tres primeros objetivos de vida definidos y el último es que los tres primeros tienen un componente pasajero y temporal,  mientras que la liberación (mokṣa) apunta a lo eterno. ¿Y a caso no es lo eterno el sostén de todo lo pasajero? ¿A caso mi función como estudiante, profesora, enfermera,  terapeuta, funcionario, comercial, etc., como amiga, hija, pareja, mujer, marido, madre, padre, etc. no son sólo las muchas formas que toma el objetivo último de Ser? Ser lo que ya soy, ser la plenitud y la dicha absoluta que en unos casos tomará la forma de tristeza, en otros de alegría, de enojo y de todas las funciones sociales habidas y por haber. Pueden existir muchos objetivos en la vida, pero a través de esos muchos objetivos nunca lograremos la plenitud o la eternidad porque, por un lado, seguiremos pensando que es algo a conseguir o alcanzar en un futuro y el futuro nunca llega y, por otro lado, porque lo que es finito y pasajero no puede ser infinito y eterno. Como decía uno de mis maestros “no puedes convertirte en infinito a menos que ya los seas”.
En fin, si este es un tema que te toca, te invito a reflexionar acerca de él. No te creas nada de lo que lees aquí, pregúntate a ti misma en el corazón. Tal vez tu función en la vida ya se está cumpliendo por sí sola. ¿Cómo sería vivir manteniéndonos conscientes de que lo que mueve todos los objetivos que nos planteamos es la Felicidad, llamémosle, Plenitud, Ser, Amor...? ¿Te suena? ¿Nos permitiría esto soltar el esfuerzo  por demostrar, o por ser algo o alguien? ¿Podríamos soltar el agotamiento que comporta tenerse que defender constantemente de lo que percibimos como una amenaza a nuestra identidad? ¿Actuaríamos de otro modo al recordarnos que la única finalidad de lo que estamos haciendo es Ser Libres? Yo voy a probarlo, con la única finalidad de Ser ¿Te animas?

Tagged under: Luciana Rago
VERDEMENTE S.L. - 2019 - © Todos los derechos reservados