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Entrevista a Lea Kaufman

Entrevista con Lea Kaufman, creadora del Movimiento Inteligente.

“La sonrisa de un cuerpo sin límites”

- Entrevista: Mario Martínez -

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A mediados del siglo pasado, el ingeniero ucraniano Moshé Feldenkrais creaba el sistema de educación somática que hoy lleva su nombre y que buscaba incidir, a través de movimientos corporales, en las conexiones neuronales que dirigen y condicionan el comportamiento humano. Partiendo de esa base y con los aportes de su propia experiencia, Lea Kaufman desarrolló el método que enseña en persona y por youtube a millones de personas: el Movimiento Inteligente, presentado recientemente en su libro Apodérate de tu cuerpo, por la editorial Sirio.

Con una interminable sonrisa y movimientos de quien se lleva muy bien con su cuerpo, llegaba pronta para la entrevista, después de haber hecho su meditación matinal. Quería estar ciento por ciento presente durante todo el tiempo que durara nuestra charla en el Centro Mandala, a pesar de que los compromisos en Madrid le trastocaran los horarios de descanso. Lea Kaufman (Montevideo, 1983) venía, después de varias entrevistas y de la presentación de su último libro, totalmente dispuesta a repetir a quien quisiera oírla las bondades de su método de trabajo, que tantas alegrías le está dando, y tantos beneficios está ofreciendo a sus clientes.

Mario: ¿Cómo te has preparado para trabajar en este campo?

Lea Kaufman: Mi formación es muy ecléctica; la de base es a través del método Feldenkrais, del que tengo una certificación internacional y soy Formadora Asistente. Pero también soy ingeniera en sistemas, actriz y he bailado siempre. En el libro yo digo que éste es un compendio de mi trabajo alrededor de todas estas cosas, con la columna central y mi interpretación de Feldenkrais, pero también muy influenciada por la ingeniería en dos áreas: por un lado, en la aplicación de la tecnología y su uso para que la gente pueda acceder a estas herramientas, y por el otro, con la teoría de sistemas, que es la base de mi pensamiento y que está de alguna forma implícita en el método.

M.M.: Feldenkrais también era ingeniero…

L.K.: ¡Si! (ríe) Es curioso porque cuando tú lo lees a él identificas el pensamiento de un ingeniero, por cómo enlaza una cosa con otra, como en un sistema. Y también en la propia esencia del método, que no es de dar recetas. Es mucho más exploratorio, y justamente el trabajo del ingeniero es buscar soluciones para problemas concretos: es usar el ingenio, y el ingenio no trabaja con recetas ni con fórmulas.

M.M.: ¿En qué consiste el método que has creado?

L.K.: Yo digo que Movimiento Inteligente es una evolución del método Feldenkrais para la gente de hoy. Ha tenido y tiene muchas evoluciones en forma de diferentes métodos, yo siento que lo que realmente aporta es que está pensado para la gente que está con el smartphone, con los portátiles, los que estamos a tope con nuestros asuntos, que nos movemos de una ciudad a otra todo el tiempo, y que necesitamos herramientas prácticas y concretas de conexión con nosotros mismos. Algo que nos ayude rápidamente a estar presentes y a dirigirnos hacia el bienestar mientras hacemos todo lo que tenemos que hacer. El MI ofrece a las personas una manera de crear un mejor vínculo con su cuerpo, además de estar muy enfocado al desarrollo humano. Feldenkrais se ha vuelto muy popular, muy apegado a la rehabilitación. Pero no es el único aspecto que tiene ya que uno de sus mayores objetivos se orientaba al desarrollo de la persona. Nosotros retomamos más que nada esta parte, la de usar el cuerpo para el desarrollo personal.

M.M.: ¿Qué otras escuelas han nutrido tu Movimiento Inteligente, además de Feldenkrais?

L.K.: Para este aspecto del desarrollo personal yo pongo mis propias exploraciones en mi propio desarrollo, como el trabajo de Gurdjíeff, con la Cábala, de Un Curso de Milagros, la meditación… Todo esto, de una u otra manera, está presente en mi trabajo. He tenido la oportunidad de hacer prácticas con Bioenergética, un poco de Reich, y aunque no sienta que tenga una influencia directa en lo que hago hoy, sí fue mi primera aproximación a este tipo de trabajo. Y creo que una de las diferencias es que desde Feldenkrais no se busca la catarsis, es todo mucho más suave, pero sin embargo toda la filosofía, la caracterología, si. Creo que Lowen es el puntapié de todos los trabajos corporales que vinieron después.

M.M.¿Cual dirías que es tu aporte entonces?
 
L.K.: Creo que uno de los más importantes es la socialización, la comunicación y el exponer esta herencia, ya que el trabajo de Feldenkrais en español era prácticamente desconocido, no había un discurso que lo hiciera accesible a la gente porque tampoco había un antecedente de un abordaje a lo corporal tan distinto. Tú lo mencionabas y nadie sabía lo que era. Por otro lado, y esto se ve bien en mi libro, yo le aporto todo lo que sé sobre teoría de sistemas aplicada al sistema nervioso y a nuestro organismo; también la posibilidad de cambio y la simplificación de poder hacer procesos mucho más cortos pero igualmente profundos.

M.M.: ¿Cómo podrías resumir el método Feldenkrais?

L.K.:Para mí es un método para armonizar tu cuerpo y tu mente, y poder estar realmente en el presente utilizando el cuerpo como herramienta y como vehículo para el desarrollo de tu persona.

M.M.: Pero esta definición podría servir para muchas disciplinas psico-corporales. ¿Qué lo hace distinto?

L.K.: El mayor diferencial está en la metodología, en donde tú no copias un modelo sino que escuchas los movimientos, creas la imagen del movimiento y después lo haces. Y este proceso es lo que Feldenkrais llama la “autoconciencia a través del movimiento”, que se da en este proceso de poder pasar tus palabras a la acción. Y eso que es un proceso muy simple es donde trabajas con la conciencia de ti mismo, con tu auto imagen. Al final de cuentas, el primer proceso de manifestación y de materialización que tenemos es través del cuerpo: yo tengo sed, quiero ir a beber y mi cerebro da la orden, es muy simple. Pero si nos hacemos muy buenos en esto podemos también empezar a utilizarlo con cualquier otro tipo de metas, de sueños o deseos que tengamos. Muchas veces la gente quiere hacer algo con el cuerpo pero hace otra cosa, y no se da cuenta. Hay una brecha entro lo que tienes en la mente y tu movimiento, que finalmente es tu comportamiento, y esto tampoco está alejado de lo que tú haces en la vida. Entonces, cuando empezamos a juntar estas dos cosas se convierte el algo muy poderoso, esta es la clave de lo que aportó Feldenkrais con su método.

M.M.: ¿Te refieres a que con nuevos patrones de movimiento se pueden crear nuevas conexiones neuronales?

L.K.: Así es. Nosotros nos movemos también por hábitos. Vamos creando hábitos de movimiento, y cuanto más nos movemos vamos creando, como lo llaman los neurocientíficos, un surco en el cerebro, que sería como imaginarse un tablero donde se encienden las mismas luces siempre. Cuando repito un movimiento muchas veces se produce una “poda” en el cerebro: éste se olvida de todas las otras posibilidades y sigue por el caminito o “surco” que de alguna forma encontró que era el más eficiente, el más cómodo, el más seguro. Entonces el cerebro siempre va a defender ese surco, porque lo asocia con la capacidad de sobrevivir. ¿Qué es lo que proporciona el método? Cuando nosotros exploramos, usamos nuestra atención para transformar, vamos como “rellenando ese surco" y abriendo otros mucho más sanos, es lo que hacemos en el proceso de crear nuevas conexiones neuronales, dicho de una manera muy simplificada.

M.M.: Y, como decías antes, los movimientos son comportamientos.

L.K.: ¡Exacto! Cuando yo transformo mis movimientos tengo la posibilidad de, espontáneamente, transformar mis comportamientos. Y esto es muy importante porque la transformación que buscamos es espontánea. De la misma manera que no tenemos que copiar a nadie con un modelo, tampoco nadie va a decirnos qué es lo mejor para nosotros y para nuestro cuerpo. Sino que al estar muy presente, exploro desde esa presencia y luego observo cómo mi organismo espontáneamente reacciona, y empiezo a hacer cambios que me van a dar bienestar sin estar dirigidos a priori.

TOMAR RIENDAS DEL CUERPO

M.M.: En tu libro hablas de dos factores que coartan la relación con el cuerpo: el intervencionismo y la cultura del confort.

L.K.: Claro. El libro se llama Apodérate de tu cuerpo porque yo veo que hemos perdido ese poder. Parece que ya no sabemos qué hacer con nuestro cuerpo y todo el tiempo estamos mirando afuera. ¿De dónde viene eso? Eso sucede en nuestra sociedad desde que nacemos, y la sociedad lo ha construido y lo mantiene y sostiene. El bebé nace y hace su proceso de desarrollo natural, que en general los padres –sin darse cuenta- lo intervienen- O porque no lo dejan gatear, o porque lo tienen todo el día en brazos, o no lo dejan estar en el suelo, o lo ponen en un andador… Entonces en esta etapa tan crucial del desarrollo motor, donde se desarrolla movimiento, emoción y cognición a la vez, el niño de alguna forma aprende que es más importante complacer al afuera que lo que él siente. Esto es el intervencionismo: el niño tiene el deseo o el impulso de gatear y la mamá le dice “no, porque el suelo esta sucio” o por lo que sea. Esto es lo primero que ocurre: mi cuerpo me dice una cosa pero las personas a cargo me dicen otra; y yo lo acepto, porque mi supervivencia está en juego y depende de estas personas.
Pero eso luego sigue en la escuela, porque desde el comienzo le ordenan que se siente y se quede quieto: para aprender ya no se tiene que mover, se debe quedar quieto porque lo que importa es solamente lo que entra a través del intelecto. Esta es la segunda separación de mi cuerpo: para aprender o crecer intelectualmente también me salgo de mi cuerpo. El tercero mucho más emocional y dura el resto de la vida; comienza en la adolescencia y se produce a través de la estética: así te tienes que ver, así tienes que vestirte, tanto tienes que pesar, así debes llevar el pelo, etc. Es decir que no hay un momento donde exista una apropiación real del cuerpo, porque todo el tiempo nos están dando mensajes de separación y donde el afuera empieza a ser más importante.

M.M.: ¿Pero de qué otra forma se podría mover la persona en su hábitat, que es la sociedad, sin responder a todas estas reglas y condiciones?

L.K.: Yo parto de que el cuerpo es nuestro vehículo de comunicación con mi ser mas esencial, a través de mis sensaciones, y con los otros, a través de mis acciones. Siempre estoy mediando entre estas dos cosas, pero cuando tengo esa comunicación, esa comunión conmigo, puedo estar en paz con el afuera, teniendo mucha más sensación de respeto y conexión con el otro sin renunciar a mi cuerpo.

M.M.: El otro factor del que hablabas es la cultura del confort.

L.K.: Sí, yo reconozco que amo la tecnología; pero si bien ésta nos ha liberado un montón de tiempo, también es cierto que no usamos ese tiempo para movernos, porque no es necesario. Y aunque está en nosotros la responsabilidad de buscar el movimiento, no la hemos tomado. La cultura del confort hace que vayamos dejando este poder y cayendo cada vez más en el sedentarismo en nuestro día a día. Por lo tanto, a movernos más, no usar tanto el coche, usar más la bici, ir y venir andando al mercado, etc. Esto tan simple nos lleva a usar el cuerpo con su poder y su expansión.

M.M.: Creaste un método al que has llamado Movimiento Inteligente, y para ello, un programa de cuatro semanas que explicas en tu último libro. ¿En qué consiste cada bloque semanal?

L.K.: Este programa está basado en las cuatro claves que más funcionan a mis clientes para recuperar el poder sobre su cuerpo, y que finalmente es recuperar el poder sobre su vida: la primera se llama “Aprender a estar en ti armonizando el cuerpo y la mente”, corresponde a la primera semana, y cada día vamos a practicar esa clave. Esa semana en particular trabajamos mucho con ejercicios físicos, mentales y de atención: para aprender a traer y dirigir nuestra atención a través del cuerpo. El cuerpo es la puerta de entrada a nuestro ser, a nuestra mente y emociones, y para abrir esta puerta tenemos que usar la atención y aprender a sentirnos en un nivel mucho más fino y diferenciado.
La segunda clave se llama “Conociendo cómo funciona tu cuerpo y cómo todo se vincula con todo”. Este capítulo tiene la tarea de explicar en el movimiento, cual es la función real de los músculos, el esqueleto y el sistema nervioso, (entendiendo que es ahí donde realmente tenemos que trabajar porque es el cerebro quien coordina todo), y cómo usar estos tres elementos de una manera sistémica.
La tercera clave se llama “Movimiento creativo”, donde descubrimos cómo creamos los hábitos y cómo los transformamos; practicamos el conocernos y descubrir qué es lo que queremos cambiar y cómo hacerlo, bajo la premisa de que nuevos movimientos van a crear nuevos comportamientos.
Y la última clave es “Reincorporándote a ti mismo, o estar entero en todo lo que haces”. Se trata de recuperar esta sensación de poder usar todo mi cuerpo (mis emociones y mi mente) en una misma dirección, con un mismo objetivo, y estar entero en cada pequeña acción que haga.

193 ENTREVISTA2M.M.: Y según tu experiencia, ¿qué cambios se producen en la persona después de un mes entero de trabajo?

L.K.:Yo elijo trabajar cuatros semanas por dos motivos: el principal es que ese período está dentro del marco de tiempo en el que podemos crear estos cambios neuronales, que va de veintiún días a seis semanas. Pero sobre todo es así porque yo he visto que la gente que avanza más es con la que trabajo durante cuatro semanas, todos los días. Ha sido de alguna forma un descubrimiento casual, pero he tenido la oportunidad de trabajar en este período en diferentes formatos: online, presencial, en sesiones individuales, y también en la formación que dura cuatros semanas, con cambios impresionantes.

M.M.¿Por ejemplo?

L.K.: Algunos de estos casos los cuento en el libro: gente que llegó con la columna totalmente destrozada, como Arita, que tomó un curso online después de que su fisioterapeuta intentara de todo con ella, y que al cabo de ocho meses se quedó impresionada al ver las radiografías, por como su columna se había alineado en tan poco tiempo. Es decir que vemos cambios físicos, a nivel de postura, y cambios emocionales que son los que traducen el poder del cambio físico. La persona se siente “a salvo en sí misma” y esto no es poca cosa: porque entonces baja su vibración de miedo, se siente con mucha más confianza en su organismo, con mucha más seguridad personal, con mucha menos ansiedad, miedo, depresión. La base de este proceso es que tú recuperes esa confianza en tu organismo, por eso hablamos de “transformación espontánea”: cuando yo confío que algo es espontáneo, confío en que una parte de mi cerebro (por lo menos, si no quiero hablar de mi ser o de mi alma) me está cuidando, y yo no la tengo que controlar. Al sentirse a salvo uno puede empezar a tomar decisiones en su vida, drásticas o no, que lo llevan a darse más bienestar y más felicidad. Por eso decimos que apoderarte de tu cuerpo es apoderarte de tu vida, para que puedas empezar a tomar desde esta sensación de “que estoy a salvo” decisiones que sean mucho más sanas para lo que tú quieras para ti.

M.M.: ¿La gente que llega a ti, lo hace más por lo corporal o también por motivos anímicos o emocionales?

L.K.: Es cada vez más mezclado este motivo. Como cada vez somos más concientes de estos procesos, cada vez más la gente puede venir y referirte primero que tiene una molestia corporal, pero también referirte que lo que está buscando es un bienestar mucho más global que el de quitarse un dolor corporal. De hecho yo les digo “si quieres quitarte el dolor de espaldas y nada más y no estás dispuesto a hacer un proceso de exploración profunda y de transformación, no compres el libro, no vengas a mis cursos porque no es eso lo que yo tengo para ofrecerte”. Es lo que te decía al principio, Feldenkrais ha quedado a veces como emparentado a que fuese solamente eso, y no lo es, es mucho más. ¿Que este método le ofrece a las personas con un malestar físico, una posibilidad de recuperación maravillosa? Sí. Pero con esta condición: que de verdad pongas el cuerpo para tu proceso y tomando total responsabilidad por tí mismo. Es el único requisito para leerse el libro.

M.M.: La falta de tiempo es la excusa más habitual en las personas que están medianamente ocupadas… ¿Qué sugieres entonces?

L.K.: Bueno, cuando me dicen “no tengo tiempo”, yo les respondo que “bueno, pero sí tienes tiempo para sentirte como una porquería todos los días, ¿no?” (Risas).

M.M.: ¿Y cuántas horas por día, durante esas cuatro semanas?

L.K.:Depende, porque el método es variado. El libro no es solamente el que tú compras, porque el libro digital trae también una serie de bonos audiovisuales. Las clases de audio son mas largas, pueden ser de 50 minutos, pero esas son solamente algunos días y algunas actividades. Hay otros días que son de actividades muy cortas, pueden ser de 5 minutos pero que se repiten 4 o 5 veces en el día. Así que podemos decir que, en promedio, es una media hora que la persona tiene que invertir al día. Pero en realidad si lo piensas bien, cuatro semanas no es tanto tiempo, y es un compromiso que puedes sostener contigo mismo, de pedirte que te des media hora en promedio todos los días para ti. A lo mejor te tienes que levantar media hora más temprano, ¡y no pasa nada! Pero también me parece muy interesante entrenarnos en esto: yo quiero algo, entonces me tengo que pedir hacer algo, lo cumpla o no lo cumpla. Cuando hablo de compromiso con uno mismo tiene que ver mucho con eso: ¿cumplo con lo que me pido, o me pido algo y luego no lo hago? Y es difícil porque no estamos entrenados en pedirnos y cumplirnos cosas; estamos entrenados en cumplir la tarea externa que nos quita cualquier tipo de tiempo o posibilidad de estar con nosotros mismos. Entonces, el solo hecho de "intentar" cuatro semanas, no importa si lo logras o no, te irá dando un centro de tu voluntad hacia el bienestar muy importante, que también lo vas entrenando. Y luego de este periodo intensivo ya existe un hábito que se crea de estar contigo mismo, y que empieza a ser muy necesario en tu vida.

 

M.M.: Resides y trabajas en Colombia pero sabemos que tienes proyectos de regresar a Madrid, a dar cursos y talleres…

L.K.:Sí, en 2016 vamos a tener la primera formación que será de un año intensivo, con una parte online y otra presencial. Y uno de los países donde vamos a estar haciendo la parte presencial es España. Todo lo que se quiera conocer de estos cursos, fechas y demás se puede ver en mi página www.leakaufman.com/formación, donde también se pueden inscribir. De todas formas, invito a los lectores a que visiten esta página donde tenemos un servicio gratuito de video clases que enviamos cada viernes a las personas que se suscriben. Son video clases muy cortas, para empezar a introducir a las personas al Movimiento Inteligente; son prácticas, eficientes, cada una de ellas acerca de un tema muy preciso. Así no tendrán que esperar a inscribirse y pagar el curso o el programa online, sino que podrán empezar a trabajar y mejorar ya mismo.

 

ACERCA DE LEA KAUFMAN

Es ingeniera en sistemas, actriz y bailarina, y una reconocida experta en movimiento inteligente y conciente. Es Entrenadora Asistente del Método Feldenkrais de Educación Somática. A través de su página Web, Leakaufman.com y su canal en YouTube, Movimiento Inteligente TV, ha popularizado Feldenkrais en el mundo de habla hispana. Es bloguera en Huffington Post Voces y colaboradora habitual de diversos medios internacionales. Ha dado talleres y conferencias en España, Holanda, México, Uruguay, Argentina, Chile, Colombia, Venezuela y Guatemala.
Acaba de presentar en España su libro Apodérate de tu cuerpo, de Editorial Sirio.

Mario Martínez

Es Periodista y Redactor de VerdeMente
Teraperuta de Yoga Tailandés de el Centro Mandala de Madrid 

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