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El trabajo consciente sobre el cuerpo

199 RAMIROEl yoga es el precursor de la ciencia psicosomática, aquélla que investiga en las estrechas conexiones entre el cuerpo la mente. Desde hace miles de años, los yoguis descubrieron que todo aquello que afecta al cuerpo repercute en la mente y viceversa. También descubrieron que a través del trabajo consciente sobre el cuerpo se puede mejorar la calidad de vida mental y ensanchar la consciencia. El auténtico hatha-yoga (yoga psicofísico) ayuda a transformar y desarrollar la mente, del mismo modo que la meditación influye sobre el cuerpo y lo equilibra. Cuerpo y mente son los dos lados de la denominada unidad psicosomática. El hatha-yoga se ha considerado como una escalera para llegar al radja-yoga o yoga del dominio de la mente. Entrando por el cuerpo, como en el hatha-yoga, alcanzamos la mente; y entrando por la mente, como en el radja-yoga, incidimos sobre el cuerpo.
El yoga fue el único sistema en el mundo que revalorizó la corporeidad de manera adecuada. En Occidente entendemos que el cuerpo, por un lado, es una fuente de placer y deleite, pero que por otro, cuando enferma, lo es de dolor y sufrimiento. Ahí nos hemos quedado. Por una parte, buscamos muchas veces el "largo desenfreno de los sentidos" y nos entregaos a un hedonismo excesivo, que engendra mucho apego, y, por otra parte nos vemos obligados a soportar todos los malestares y desdicha de este cuerpo que, inevitablemente, declina y envejece. Pero el yoga abrió una tercera vía, caso único en el Orbe. Los yoguis debieron pensar desde tiempos remotos: pues ya que tenemos un cuerpo, vamos a revalorizarlo y vamos a utilizarlo asimismo como crisol alquímico para ir poco a poco transformando nuestras energías de baja calidad en energías preciosas, igual que los alquimistas trataban de transmutar los metales de baja calidad en metales preciosos. Y partiendo de esta revalorización de la corporeidad, se comenzó en el yoga a concebir y ensayar todo tipo de técnicas, que además son métodos específicos para conectar con nuestra naturaleza real. De aquí la abismal distancia entre el verdadero hatha-yoga y el "yoga" fitness o ese ridículo yoga pop que ofusca la mente en lugar de aclararla y afirma el narcisismo en lugar de ayudar a superarlo.
Surgió el hatha-yoga con el definido propósito de reorientar las energías hacia la plenitud de la consciencia y la libertad interior, apoyándose en técnicas psicosomáticas altamente verificadas y muy fiables. Esta revalorización del cuerpo fue muy importante, porque a diferencia de los ascetas medievales, que mortificaban el cuerpo y mutilaban sus mejores potenciales psicosomáticos, los yoguis, constatando que no podían prescindir del vehículo carnal, lo instrumentalizaron para la liberación espiritual.

¿Por qué las posturas o esquemas corporales en el hatha-yoga clásico se mantienen? No es gratuito. Es cierto que si mantienes más el asana, alargas más el músculo, es más profundo el masaje a los órganos internos y se seda en mayor grado el sistema nervioso, pero hay una realidad infinitamente más importante. Cuando uno va prolongando el tiempo de mantenimiento del asana, es más fácil interiorizarse cada vez en mayor grado y a través del cuerpo se llega más allá del cuerpo y se vive el asana de adentro a afuera y de afuera hacia dentro. El asana o postura de yoga nos ayuda así a combatir la mecanicidad de la mente y a suprimir el discurso mental desordenado. Para romper asimismo la mecanicidad o automatismos del cuerpo, se nos pide hacer y deshacer la postura con movimientos lentos y conscientes, pausar la respiración y mantener la atención establecida en la posición.
El trabajo consciente sobre el cuerpo es un medio idóneo para tranquilizar la mente, pacificar las emociones, entrenar metódicamente la atención y profundizar en uno mismo. Debe complementarse con la práctica asidua de la meditación. No se convierte en su propio laboratorio viviente para conectar con “aquello que lo hace viviente y para conseguir mayor progreso espiritual”.

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