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De lo más burdo a lo más sútil

207 RAMIRO

 

La energía cósmica se individua como prana o energía psicofisiológica y kundalini o energía del despertar o la liberación. Chit o Shakti es la energía cósmica y omniabarcante, que anima a todas las criaturas vivientes. Shakti lo impregna todo, se dice que hasta los átomos, porque ella es la fuerza que sustenta el universo, la piedra angular de todos los cosmos. El movimiento es gracias a ella, así como toda la sustancia primordial o naturaleza. Aparece como un germen o semilla que puede desarrollarse en el ser humano y que va reportando un entendimiento más claro y plenitud. Cuando despierta, el ser humano busca completarse interiormente y mirar en sus profundidades, emprendiendo una senda de evolución consciente y en donde la propia identidad real quiere penetrar lo Absoluto o Incondicionado. Es por una lado el viaje hacia los adentros y por otro hacia lo más alto; es por un lado introspección y por otro expansión; se va hacia lo más profundo de sí mismo -introspección- y hacia lo más elevado -ascensión. En el chakra ajna o de la luz más pura, se da la confluencia (bindu) de estas coordenadas, la horizontal hacia dentro de uno mismo y la vertical hacia la Conciencia. Cuando Kundalini comienza a activarse, mediante las técnicas yóguicas, la introspección y el trabajo interior en general, va reportando un tipo muy especial de sabiduría transformativa e iluminadora. El despliegue y ascensión de kundalini permite ir teniendo una visión mucho más panorámica y a la vez penetrativa, pudiendo desvelar lo que se oculta tras las apariencias la nesciencia. No se ve lo mismo desde el sótano (muladhara) que desde los pisos altos (anahata, visshudha y ajna). Cuando realmente kundalini comienza a despertar, es ella la que te sirve de lúcida compañera y consejera para llevarte por la sinuosa senda hacia el Ser a la propia naturaleza real. Van poco a poco deviniendo el pensamiento correcto, la palabra correcta y las acciones correctas. También purifica la mente y comienza a experimentarse una categoría especial de gozo, que es muy superior al goce sensorial. Los nadis o canales energéticos se van desbloqueando y muchas tendencia insanas van desapareciendo, así como se incrementa y amplifica la consciencia y, por tanto, la lucidez y la compasión. Surge un tipo de percepción mucho más consciente y pura. Da igual como llamemos a Kundalini, es la simiente de iluminación o despertar que se pone en marcha, aunque puede haber aparentes estancamientos y retrocesos. En cada tradición espiritual se le puede llamar de uno u otra manera.

Del mismo modo que un tren va pasando por diferentes estaciones en su viaje, así Kundalini va llevando la luz a las diferentes esferas (chakras) de la persona: instintiva, energética, emocional, mental y supramental. Ayuda a canalizar, armonizar y orientar estas esferas. Del mismo modo que cuando vamos ascendiendo por la ladera de la montaña hacia la cima, vamos amplificando nuestra visión, así vamos obteniendo un tipo especial de discernimiento y una experiencia transformativa cuando vamos logrando la ascensión de kundalini, o sea su viaje desde lo más tosco y telúrico en uno hasta lo más sutil y cósmico. En esta ascensión se va refrenando o agotando la energía de los samskaras (impulsos subliminales) perniciosos. Se produce una transmutación liberadora. Ya no se vive solo a través de los chakras muladhara o swadisthana, sino que empiezan intervenir los más elevados sutiles, permitiéndole al buscador nacer a otra manera de ver, sentir y proceder. La boda alquímica se celebra en el chakra de los mil pétalos o sahasrara, donde se da la fusión (yoga) entre el atmán o ser individual y Siva o ser transpersonal. Hasta que no tiene lugar la unión (yoga) en el sahasrara, el buscador puede experimentar aparentes retrocesos y todavía ser víctima de sus tendencias nocivas o samskaras, sucumbiendo a los engaños del ego. La kundalini se despliega y se repliega, como las olas van y vienen, y por eso el buscador no puede dejar el sadhana o practica espiritual, sino por el contrario intensificarlo con renovada motivación. Solo cuando acontece el verdadero despertar, ya no hay vuelta atrás y, como dijo Buda, "lo que tenía que hacerse ha sido hecho".
Unas últimas palabras en este epílogo para prevenir a los genuinos buscadores de esas formas de yoga que se dicen Kundalini y no lo son en absoluto o de esos síntomas psicosomáticos que uno toma por la ascensión de Kundalini y que no son más que jugarretas de una incontrolada y efervescente imaginación. La práctica incesante, la recta aspiración y la puesta en práctica de las tres disciplinas (la ética, la mental y la de cultivo de la sabiduría) conducirá a un estado muy elevado de conscienciencia que han reconocido todos los maestros de unas y otras tradiciones y sirviéndose de términos diferentes. Kundalini sabe que tiene que hacer una vez emerge de su letargo. ¿Quién podría saberlo mejor que élla si élla es la luz sin vestigio de sombras..

 

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