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Por el cuerpo hacia el dominio de la mente

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 Yoga es un término que puede traducirse por "unión", "enlace" o "yugo". Representa la unión o armonización del cuerpo y de la mente, puesto que, indiscutiblemente, el yoga fue el precursor de la ciencia psicosomática y ya los primeros yoguis, basándose en su experiencia personal, se percataron de que todo aquello que le sucede al cuerpo repercute en la mente y viceversa. Somos así una unidad u organización psicosomática y contamos con unos instrumentos vitales (que nos acompañarán desde el nacimiento a la muerte) que podemos utilizar para el trabajo interior y el autodesarrollo.

 

Al trabajar conscientemente sobre el cuerpo, también lo hacemos sobre la mente, del mismo modo que al trabajar sobre la mente también lo hacemos sobre el cuerpo. Cuerpo y mente están estrechamente interrelacionados y por esta razón con la práctica del genuino hatha-yoga o yoga psicofisiológico, estamos favoreciendo el cuerpo y también la mente. Del mismo modo que la práctica de la meditación no solo tiene óptimos resultados sobre la mente sino, asimismo, sobre el cuerpo. Lo ideal por ello es la aplicación de ambas modalidades de yoga, complementadas con una actitud de atención, ecuanimidad, lucidez y compasión para la vida diaria.
El yoga revalorizó enormemente la corporeidad, al servirse de ella como eficiente herramienta para la autorrealización. Pero, además, las técnicas del hatha-yoga, cuando se realizan con la suficiente atención mental y una adecuada actitud de interiorización, se están convirtiendo también técnicas no solo fisiológicas o corporales, sino de gran alcance energético y mental. Todas las técnicas del hatha-yoga son "herramientas de contramecanicidad", que tratan de que seamos más conscientes y menos mecánicos, pudiendo así ir cambiando modelos mentales y ensanchando la consciencia. Para lograr esa "contramecanicidad", los movimientos son lentos y conscientes, la postura se inmoviliza, la respiración se pausa y la mente se concentra y se libera de automatismos. El adiestramiento sobre el cuerpo se convierte en una beneficiosa acción sobre la mente.
Por su parte en la meditación, no solo hay un control sobre la mente, sino también sobre el cuerpo, que debe estar en una posición definida e inmovilizarse. El apaciguamiento mental y emocional, favorece todas las funciones del cuerpo. Tampoco pasemos por alto que el yoga ha sido la primera psicología del mundo y como incluso reconocen muchos psicólogos occidentales y sin prejuicios, la psicología occidental está en mantillas con respecto a la oriental, que tiene miles de años de antigüedad. El yoga es, pues, tanto una técnica espiritual para liberar la mente de corrupciones, como una ciencia integral de la salud. En mi obra Principios de Yogoterapia un gran número de médicos de distintas especialidades apuntalan lo beneficioso en todos los sentidos de la práctica del yoga.
En su afán por la autorrealización o en el intento por aproximarse a ella, el yogui se sirve de sus instrumentos vitales (cuerpo, mente, energía) y los pone al servicio de ese propósito. El cuerpo-mente es el vehículo del Ser. El hatha-yoga auténtico y el radja-yoga (yoga de la mente) son laderas complementarias para llegar a la cima. Para aquellos que dispongan de tiempo y la motivación suficiente, será de gran provecho practicar en casa unos minutos de hatha-yoga (asanas, pranayama y relajación) y unos minutos de meditación, atendiendo así los dos lados de esa unidad psicosomática que nos ha sido dada, y que podemos reorientar hacia la Armonía.
El verdadero hatha-yoga, tan diferente a los "yogas" deportivos, es un medio para interiorizar la mente y desarrollar un tipo especial de percepción (la percepción yóguica), que permite conectar con lo más íntimo de uno mismo más allá del pensamiento ordinario o conceptual. Además de los asana, el pranayama y la relajación, el hatha-yoga se sirve de técnicas de control psicosomático y energético muy elaboradas y precisas, denominadas mudras y bandhas, así como de métodos de higiene física muy solventes, llamados shatkamas. Por su parte el radja-yoga o yoga psicomental, se sirve de técnicas de concentración, meditación, introspección y visualización.
Cuerpo y mente son ese laboratorio viviente en el que el yogui trata de experimentar su propia organización psicosomática y utilizarla como lanzadera hacia otros planos de consciencia, donde prevalecen la intuición , la lucidez y la compasión.

 

 

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