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Feminidad Radiante

203 LALITA

“El viaje hacia la totalidad culmina con la unión de los opuestos. Resulta de tener la capacidad de ser activa y receptiva, autónoma e íntima, práctica y maga, guerrera y sabia, trabajadora y amante. “ (Jean Shinoda)

La Mujer actual, en ocasiones se siente perdida, confusa y paralizada. Debido al ritmo vertiginoso de vida, no prestamos suficiente atención a nuestro cuerpo, a sus necesidades, cambios cíclicos, a su nutrición adecuada para cada momento o estación.
La Mujer no es lineal, es puramente cíclica, mutable y susceptible a esas transformaciones.
La sociedad en que vivimos nos empuja a adoptar acciones y pensamientos agresivos, sin atender que nuestro potencial se acrecentaría con el mero hecho de escuchar las necesidades de cada ciclo.
El primer paso para llevar una vida saludable y armoniosa en escuchar nuestro cuerpo físico. A día de hoy, vivimos más en la mente y en el intelecto que en la experiencia de estar encarnadas en un cuerpo tangible, vivo e intuitivo.
Cuando dejamos de lado el cuerpo, no escuchamos sus mensajes, los acallamos con calmantes, drogas, o exceso de trabajo o actividad. Esta falta de escucha se transforma en un bloqueo de la expresión celular, que llevará implícito un estancamiento del flujo energético, generando cambios en nuestros humores internos, pensamientos, energía y por lo tanto manifestándose como síntomas de enfermedad (física, emocional, o mental).
Como mujeres, tenemos la oportunidad de abrazar nuestro cuerpo no sólo desde el concepto orgánico, sino también desde la capacidad creativa e intuitiva.
Si nos aperturamos a nuestra capacidad de génesis de vida, todo nuestro Universo se transforma con nosotras.
Cuando tomamos conciencia de que nuestro cuerpo está diseñado no sólo por nuestro ADN y nuestro árbol genealógico, sino por nuestras acciones, pensamientos y emociones, entonces… despertamos a nuestro infinito potencial!
¡Nosotras creamos nuestro Cuerpo! Sí… así es, pero no somos conscientes del poder tan grande que tiene nuestro concepto de nosotras mismas, y es por ello que sin saberlo nos autoboicoteamos, nos restringimos y no nos permitimos expresarnos en plenitud.

¿Cómo hacer para Reconectar con nuestro Cuerpo de Mujer?
Uno de los primeros pasos es Observar. Crear espacio. Silencio. Escucha. Dedicarnos un momento cada día para simplemente Sentirnos. Sin juzgarnos, sin expectativas. Observar las sensaciones físicas, dolor o tensión, en qué parte del cuerpo se alojan. Y respirar llevando la exhalación hacia esos puntos para disolverlos o aflojarlos.
Es muy práctico llevar un diario de experiencias, de hecho nos ayudará para conectar con nuestro Ciclo Lunar, con nuestra menstruación y comprendernos en profundidad.
A  lo largo de los últimos 8 años en los cuales he acompañado a cientos de mujeres, he observado la fuerza transformadora de la Atención. Atención plena y amorosa de cada proceso. Observar y Escuchar. Atender. Algo tan sencillo pero que no damos espacio en muchas ocasiones. Al observar dejamos que se manifiesten emociones, sensaciones y pensamientos que estaban ocultos, y sostenidos en nuestro cuerpo. Es por ello que el cuerpo se libera, y puede movilizar esa energía que estaba contenida y bloqueada, una vez que ha sido observada.
El Movimiento es la llave. Una vía de acceso a la liberación y transformación del propio cuerpo. Al movernos de forma consciente, generamos liberación de flujo energético, soltamos la carga emocional y tensional alojada en los músculos, las emociones contenidas en los órganos y los códigos genéticos alojados en cada célula.
En mis cursos incorporo el Movimiento Holístico Femenino, que es una serie de prácticas  para restablecer el flujo natural y armonioso de energía, naturalidad y belleza del propio cuerpo de mujer. Basado en diferentes técnicas y tradiciones orientales (Yoga, Tai Chi, Bioenergética). Una fuente de bienestar y salud.
La Danza Kundalini es el siguiente paso. Es un compendio de danzas ancestrales que nos regalan la liberación del cuerpo. Poco a poco el cuerpo irá abriendo y despertando, en todos sus planos (físico, emocional, mental, espiritual), liberando carga innecesaria y ropajes antiguos que ya no necesita para continuar el viaje.
Una vez hemos activado el cuerpo, nos sentimos más ligeras, vigorosas y alegres, estaremos preparadas para movilizar esa energía y transformarla.
Llega el momento de danzar desde la esencia femenina, desde la Danza Sagrada Ritual. Aquí los movimientos se convierten en rito de iniciación, celebración y trascendencia. Danzamos en círculo, y la experiencia del mismo siempre nos aporta y enriquece. Danzamos para una transformación colectiva. El Círculo nos brinda la oportunidad de recibir algo más grande que nuestra propia experiencia.
Todo el proceso acompañado de prácticas de Feminidad Consciente. Salud, nutrición, sexualidad, menstruación y creatividad.
Reconocer nuestros ciclos, las diferentes energías que nos danzan cada mes,  abrazar nuestra parte de luz y sombra. Incorporar todas las formas que somos capaces de manifestar, y propiciar aquellas que más débiles se nos aparecen. Amplificar nuestro potencial y desarrollarnos para manifestarnos plenas, energéticas y vitales.  
Ser Mujer es uno de los mayores regalos. Abrazar su Esencia y manifestarla es una oportunidad para ofrecer Armonía, Belleza y Amor al Mundo y la Humanidad.

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