Logo

Potres, Frutas y Edulcorantes Naturales

180 BRADFORD

Tomar postre se ha convertido en un hábito, en una especie de necesidad automática que no siempre es necesaria. Este habito o necesidad, está conectado directamente con el consumo de proteína animal. Si nuestro segundo plato es proteína animal, por supuesto que deseamos algo dulce para compensar su energía.
Con una alimentación energética, especialmente con mucha verdura dulce, y proteína vegetal, estas ansias por lo dulce, empiezan a decrecer de forma considerable. Hasta que nos sentimos de maravilla terminando nuestras comidas con una infusión caliente, sin necesidad de postre.

Querer algo dulce después de comer puede tener su origen en distintas causas:
•    No incluir en la dieta el sabor dulce natural de cereales y verduras.
•    Cocinar con demasiada sal.
•    No incluir variedad de sabores, en especial el ácido, picante y el dulce natural.
•    No preparar una comida que sea atractiva a la vista, con colores, sabores, texturas, efectos y tamaños de lo más variado.
•    Cocinar platos monótonos o utilizar demasiados restos.
•    Tomar un exceso de productos de origen animal (carne, huevos, lácteos, pescado...), que producen un efecto energético en nuestro organismo de contracción, densidad y tensión interior extrema. Si abusamos de estos alimentos, la reacción del organismo es la de buscar algo que nos proporcione la energía opuesta, algo dulce de efecto rápido, dispersante, ligero. Al final de una comida con carnes, veremos que los comensales toman postres dulces, helados, estimulantes (café, alcohol) y otros muchos productos que contrarresten el efecto causado por la comida.
•    Preparar comidas excesivamente secas, con demasiado cereal y pocas verduras ligeras y ensaladas.
•    No comer con tranquilidad, sentados, masticando, conscientes del proceso en sí, y rodeados de un ambiente de calma. Si las comidas las hacemos viendo la televisión, hablando, con nervios, de pie, leyendo o haciendo otras actividades, es muy posible que no nos sintamos satisfechos al terminar y deseemos algún dulce.
•    Sufrir estrés o estar excesivamente tensos, por lo que comemos más deprisa.
•    Sufrir una falta o desequilibrio emocionales. Compensarlos con dulces es una solución muy a corto plazo, y si no buscamos la verdadera causa de nuestra ansiedad nos volveremos víctimas de dulces, azúcar, chocolate, etcétera.

Todos estos puntos de autorreflexión son importantes a la hora de comer un exceso de dulces. Hay que tener en cuenta, no obstante, que dulces y postres naturales ocupan su lugar en la dieta, y que deberíamos tomarlos cuando los necesitemos sin ningún problema.
El efecto energético del dulce natural: relajante, expansivo, ligero, así que podemos recurrir a él si nos encontramos en el extremo energético opuesto (siempre y cuando hayamos reflexionado sobre los puntos anteriormente citados).
El azúcar, los pasteles y los helados tienen un efecto energético muy extremo de desmineralizar, hinchar, inflamar, debilitar huesos y sistema nervioso.
Los niños necesitan más postres que los adultos. Lo mismo sucede con las mujeres embarazadas, las lactantes y las personas que desempeñan una actividad física intensa.
A nivel estacional, es de lógica que en climas más calurosos se quiera más fruta (por su energía y su efecto refrescante) que en climas fríos y lluviosos. Nuestra recomendación es tomar poca fruta en invierno, y hacerlo en forma de compota o frutas secas.Cada persona es única y sus necesidades son exclusivas. Una persona más bien débil, delgada, con tendencia a resfriarse, no necesita tanta fruta o dulces como una persona fuerte, robusta, y que desempeña una gran actividad física.
Durante el día, ¿cuál es el momento más oportuno para tomar dulces o postres? Siempre que queramos una energía relajante y expansiva. Por la noche, después de la cena, será el momento óptimo para obtener los mencionados efectos. Durante el día, para estar más centrados y activos, no es recomendable tomar dulces, y si lo hacemos, conviene hacer uso de la moderación. En el caso de los niños, conviene saber que, si meriendan demasiado dulce, no tendrán apetito a la hora de cenar. Cuando escojamos los ingredientes para confeccionar postres, deberíamos poner atención sobre todo a la calidad de éstos.

Ingredientes básicos para elaborar nuestros postres
Cereales
Los cereales son de naturaleza seca, pesada, por lo que no son recomendables en los postres. Ya incluimos cereales en nuestra comida, por lo que si tomamos más a la hora de los postres, nos sentiremos muy pesados. Aunque se pueden usar ocasionalmente:
•    Arroz integral para hacer cremas dulces.
•    Cuscús integral o blanco para la base de tartas.
•    Polenta (harina de maíz) para bases de pasteles con frutos secos.
•    Galletas integrales sin azúcar.
•    Galletas de arroz o cereales hinchados naturales (sin azúcar).
•    Pan germinado

Algas
El alga más utilizada en postres es el agar agar. Se emplea en gelatinas, mousses, cremas, flanes...

Semillas, frutos secos y aceites
Utiliza regularmente semillas de sésamo, calabaza y girasol ligeramente tostadas, así como frutos secos (almendras, avellanas, nueces, cacahuetes, piñones...).
El aceite más recomendable para horneados (tartas, pasteles...) es el de maíz, por su sabor más dulce, aunque pueden utilizarse otros de presión en frío y de buena calidad.
Para dar un toque de cremosidad a los postres podemos utilizar leche de arroz, de avena, de almendras o avellanas, almendra rallada y mantequillas de semillas (girasol, sésamo...) o de frutos secos (almendras, avellanas, cacahuetes...).

Frutas
Usaremos frutas locales y de la estación. En invierno podemos optar por la fruta seca (pasas, manzanas, peras, albaricoques, orejones, melocotones...). Es recomendable utilizar las frutas secas de color oscuro (secada al natural); el color dorado claro de alguna fruta seca se obtiene químicamente con sulfato. Al cocinar frutas utilizaremos, por regla general, una pizca de sal para equilibrar su energía e incrementar su dulzor.
En el verano con la variedad de frutas que la Naturaleza nos ofrece, es una tentación y un placer consumirlas! Pero veremos que si nuestra proteína es de origen vegetal, no estaremos atraídos a tanta cantidad de fruta.
Tanto la proteína animal como el exceso de frutas, azucares refinados, alcohol, helados, bebidas frías, exceso de picantes y vinagres, son producirán una sangre acida, que no nos conviene en el verano.
Hay un refrán o dicho popular, que los mosquitos pican a los que tienen “la sangre dulce”.
En términos energéticos, podríamos decir que pican a los que tienen la sangre ácida.
Si deseamos tener menos picaduras de insectos, evitemos todos los alimentos y bebidas de reacción acidificante, y nos sorprenderemos gratamente de la diferencia!
También estos alimentos y bebidas como producen un pH acido de la sangre, tienen el efecto de desmineralizarnos, impactando en nuestro sistema nervioso, lo debilitan, pudiendo producir en algunos casos la temida depresión post-vacacional.

Nos hemos preguntado que significado tiene estos síntomas que muchas personas padecen después de las vacaciones?
En teoría, después de un periodo de “vacaciones” de descanso, horas de relax con nuestra familia y amigos, tendríamos que estar eufóricos, con energía y vitalidad, para volver a emprender nuestras rutinas cotidianas.
Pero desafortunadamente, muchas personas padecen cansancio, debilidad, depresión, perdida de alegría por su vida, nerviosismo, dolores, insomnio y muchos otros síntomas.. que muchas veces, se podrían evitar si durante el verano tenemos un poco mas de consciencia sobre la forma de alimentarnos.

En verano podemos utilizar gran variedad de frutas, no necesariamente siempre tienen que ser crudas, algunas sugerencias:
•    Se pueden macerar tipo ensalada de frutas, dejándolas 1-2 horas con una pizca de sal y añadiéndoles un poco de zumo de naranja y endulzante de cereales.
El macerado de tiempo y un poco de sal, equilibra muchísimo mas el efecto enfriante e inflamativo de las frutas.
•    Podemos servir trozos de frutas con color en una bandeja junto con salsas apetitosas
-    de algarroba.
-    mantequilla de avellanas y endulzante de cereales.
-    salsa dulce de anacardos, etc..
•    Podemos cocinar las frutas veraniegas para confeccionar mousses - mermeladas, compotas estivales frías.
•    Podemos hacer Batidos con cualquier leche de cereales y fruta fresca, siempre añadiendo una pizca de sal marina para su equilibrio.
•    Las tartas de frutas, son una delicia para pequeños y grandes. Confeccionadas con variedad de fruta y utilizando el alga agar agar para poder obtener una gelatina dulce.

Endulzantes
Existen en el mercado endulzantes derivados de cereales o frutas naturales, que nos proporcionan el dulzor que deseamos a la vez que no producen efectos extremos de hiperactividad, desmineralización, acidificación de la sangre, estados emocionales extremos... Son los siguientes:
•    Miel o sirope de cereales (arroz, kamut, espelta, trigo, maíz).
•    Melaza de maíz y cebada.
•    Mermeladas de frutas naturales (sin azúcar).
•    Amasake (crema dulce de arroz).
•    Zumos naturales de frutas (sin azúcar).
•    Sirope concentrado de manzana.
•    Crema de almendras, avellanas, semillas…(sin azúcar).

Bebidas que relajan
Cuando nos apetezca algo dulce, no siempre hay que recurrir a un postre. Otra opción podría ser tomar una bebida relajante como las que mostramos a continuación:
•    Zumos de frutas naturales.
•    Zumos concentrados de fruta naturales (no néctares que contienen mucho azúcar)
•    Leche de arroz y café de cereales.
•    Leche de almendras.
•    Infusiones aromáticas con endulzante natural o concentrado de manzana.
•    Café de cereales con endulzante y canela.
•    Té de jengibre dulce.
•    Batidos de fruta en verano (leche de cereales con fruta fresca)
•    Infusión de frutas sin teína, con endulzante natural de cereales, jugo concentrado de manzana, ralladura de cítricos, rodajas de naranja y un poco de menta fresca.

Algarroba
Para confeccionar postres con chocolate utilizaremos algarroba. Como el cacao, la algarroba tiene una naturaleza expansiva y enfriante, pero a diferencia del primero, no estimula ni produce hiperactividad. Es curioso ver como no se nos ocurriría dar una copita de alcohol o un expreso a un niño pequeño y, en cambio, no dudamos en darle chucherías con chocolate y azúcar. A nivel energético, los efectos son muy parecidos. Existen en el mercado varias opciones para reemplazar el chocolate:
•    Crema de algarroba y avellanas.
•    Tabletas de algarroba.
•    Galletas sin azúcar con algarroba.
•    Harina de algarroba.

Otros ingredientes
•    Especias (jengibre, canela, nuez moscada). Cuando se utilice jengibre, usar la raíz fresca. Rallarla y presionarla con las manos para obtener su jugo.
•    Cítricos (ralladura de limón y de naranja). Dan un toque final a muchos postres.
•    Café de cereales.
•    Coco rallado.
•    Esencias naturales de vainilla, de almendra, de naranja...

Tagged under: Montse Bradford
VERDEMENTE S.L. - 2019 - © Todos los derechos reservados