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Khajuraho

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Khajuraho es una joya, preciosa, magnífica, en medio del corazón de India; un lugar sagrado, como ya lo confirmó Keutsang Rimpoché cuando nos acompañó en una de nuestras visitas y nos confirió una iniciación inolvidable a Maitreya en este lugar tan especial.
Historia
Khajuraho se encuentra en el norte de India, entre Delhi y Benarés, actualmente es un pequeño pueblo que vive del cada día más numeroso turismo, aunque mantiene viva aún, su magnífica energía. En el siglo X fue la capital del imperio Chandella, que llegó a construir allí 80 templos, con la particularidad que están dedicados al tantra, al amor sagrado. Obviamente es más que impactante ver templos inmensos tapizados de esculturas detalladas de parejas perfectas, bellísimas, en todas las posturas imaginables. Y saber y vivir que es realmente sagrado.
Tantra en Khajurajo
Realicé en su día varios entrenamientos en Tantra en Khajurajo, con grupos numerosos de amigos de medio mundo. Dedicábamos el día a las sesiones teóricas, las tardes a las experiencias transpersonales con respiración pneuma y a las visitas a los templos sagrados. Y sin entrar en más detalle, las afortunadas parejas, realizaban prácticas durante el resto del tiempo. Así que estábamos todos felices, por la belleza y energía del entorno. Debo hacer notar que el entrenamiento que realizamos distaba muchísimo de ser un camino de rosas. El trabajo principal consistía en purificar nuestros condicionamientos acerca del amor sagrado, y eso te lleva a confrontar tus más sucias miserias. Así que realmente fuimos grupos de héroes dispuestos a bajar a la caverna de Medusa, cortarle alguna de sus cabezas, morir en el intento, y renacer de nuevo, purificados como aves de fuego. Tengo recuerdos maravillosos de la visita en los templos y de las meditaciones y lecciones que vivimos allí, paseando con amigos y amigas del corazón. Además de los templos, y las espectaculares figuras, los jardines estaban cubiertos de daturas dobles, la flor de Shiva, el Dios del tantra, del fuego y del viaje interior profundo.

Iniciación de Maitreya184 RAFA2
Tuvimos la suerte, en nuestro primer viaje, de estar acompañados por Keutsang Rimpoché, un tulku o niño reconocido como reencarnación de un maestro en vidas anteriores. Keutsang Rimpoché realizó una iniciación a Maitreya para el grupo, numeroso y variopinto. Lo que sucedió allí, es difícil de poner en palabras. Rimpoché inició el ritual, y casi simultáneamente, muchos de nosotros fuimos embargados por una emoción imparable, que hacía que las lágrimas manaran de nuestros ojos a raudales. Nadie sabía que hacer, y todos permanecíamos como si no pasara nada. Fue una experiencia intensa y bien curiosa, y quedo agradecido a Keutsang Rimpoché, que estuvo encarcelado en Tíbet veinte años por las autoridades chinas, simplemente por ser lo que es. Felizmente, Rimpoché pudo salir de Tíbet y ahora vive con el Dalai Lama; hace unos años, traduje al castellano su libro en el que narra sus desventuras en esos años. Pone los pelos de punta.

Templos
Quedan varios, espectaculares, bien cuidados, que se pueden visitar con total libertad. Es más que recomendado visitarlos con tiempo y al menos en dos, o más ocasiones, pues la experiencia lo merece. Incluso, hacer varias visitas parciales en varios días. Los turistas suelen llegar en avión por la mañana y marcharse en el de la tarde, y es más que triste. Cada templo está dedicado a un Dios hindú, uno de ellos a Shiva, otros a Kali, otro a Surya, el Dios del Sol, y así, en una multiplicidad de belleza y armonía que sobrecogen. Es increíble que puedas pasear con total libertad por los templos y entrar en los sancta sanctórum y tocar, si te atreves las estatuas sagradas de las divinidades. Hay que ver con atención como las esculturas externas están agrupadas en planos o mundos, desde el inferior o infernal, al humano y al divino, y como cada zona expresa formas diferentes.
Visitas
Si vas a Khajuraho, visita también el templo de Shiva en la oración de la mañana, cuando el Sol despierta y el amanecer inunda de luz y vida los templos. Verás y sentirás la devoción vivida de los hindúes, ofreciendo flores, agua y leche al inmenso Shiva Lingam. Y el sonido de las campanas de bronce, al reverberar en las paredes de piedra, que se convierte en estruendo, abriendo el espacio y la conciencia, a una experiencia única.184 RAFA1Hasta podrás encontrarte con Anand, un avispado lugareño que habla español, y te hará pasar la tarde más entretenida, haciendo de anfitrión y llevándote por supuesto finalmente a su tienda y claro, comprando lo que no quieres a precios de turista.
Es muy bello, muy especial, visitar los templos Jainistas que hay en el otro lado del pueblo, y pasear por sus arcadas y templos antiguos, especialmente bellos y bien conservados. Sólo puedo hablar con respeto de una comunidad como la Jainista, que son vegetarianos puros y se dedican a ir vestidos con lo mínimo y a trabajar en oficios más que honrados.  Me viene ahora a la memoria un sueño en el que paseaba por un templo similar, bellamente labrado, con arcadas de piedra enmarcando un espacio o patio cuadrado.
Recuerdos
De India se recuerda todo, y digo esto, pues India es intensa, hay un olor especial en el aire, que lo inunda, el verde de la vegetación es extremo, la sonrisa de los hindúes, inmensa.
Recuerdo especialmente los amaneceres en Khajuraho, con una neblina que subía también del suelo y hacía el momento mágico y ensoñador. Recuerdo, y me río yo solo, recordando pasear al amanecer y cruzarnos con un grupo de soldados corriendo como a cámara lenta, como sólo lo pueden hacer los hindúes., casi como fantasmas oníricos, desplazándose a cámara lenta, como llevados por la ola invisible de un Dios hindú. O a una mujer, bellamente vestida con un sari verde, recogiendo los frutos caídos de un inmenso árbol, para el desayuno y quizá la comida del día.
Recuerdo con cariño pasear con los amigos por el pueblo antiguo, en el que puedes entrar de lleno en la atmósfera intemporal de la India, con niños descalzos jugando, perros buscando comida imposible de encontrar, hombres sentados y mujeres recogiendo agua o cuidando la casa.
Y por supuesto, los atardeceres rojos, con el Sol de fuego muriendo en el horizonte. Los atardeceres son extremadamente bellos en India; y en la noche, paseando con mi amigo del alma, Sergi que ahora es un serio meditador y practicante, entre los banianos de la carretera hacia nuestro hotel.
Epílogo
Khajuraho es mágico, su magia sigue viva en los templos, en los árboles, en su gente. Visitar Khajuraho es muy especial, y verlo con los ojos del viajero, con respeto, abriéndose al misterio que late en cada una de sus piedras esculpidas y bendecidas siglos atrás, por personas que nos precedieron y nos mostraron el camino de la belleza y del Amor.

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